En los últimos años hubo grandes avances para tratar la hepatitis C

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Mañana 1 de octubre es el Día mundial de lucha contra la hepatitis C, un caso paradigmático en la historia de la medicina moderna, ya que se trata de una condición crónica, potencialmente grave, que hoy se puede curar. En Argentina afecta a cerca de 400 mil personas, de las que la mayoría lo ignora. Al respecto opinó para Télam el Dr. Jorge Daruich, jefe de la Sección Hepatología, Hospital de Clínicas San Martín y del Instituto de Gastroenterología Diagnóstica y Terapéutica (GEDyT).

 Las hepatitis virales son enfermedades transmisibles que pueden ocasionar enfermedades agudas. El virus de la hepatitis C causa infección aguda en el hígado. Al superar los seis meses de infección, se denominan crónicas, es decir, que pueden persistir toda la vida.

Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que a nivel global existen alrededor de 71 millones de personas que viven con hepatitis C crónica, otros estudios epidemiológicos de rigor consideran que este número podría alcanzar los 130 millones.

Aunque no contemos con estadísticas nacionales, se puede estimar que alrededor del 1,5% de los adultos mayores de 19 años viven con hepatitis C crónica; el equivalente a unos 400.000 infectados crónicos.

La buena noticia es que en los últimos años se han producido grandes avances para tratar esta enfermedad,como avanzados métodos de diagnóstico y tratamientos. Tenemos disponible en nuestro país nuevas moléculas y combinaciones que nos permitirán alinearnos con el objetivo de la OMS para 2030; esto es, disminuir en un 90% el porcentaje de infectados. Estos nuevos tratamientos permiten erradicar definitivamente el virus C en más del 90% de los casos luego de 8, 12, 16 o 24 semanas de terapia, sin efectos adversos.

La transmisión del virus se da por contacto con la sangre infectada:al recibir transfusiones, compartir jeringas u otros elementos cortantes, e infrecuentemente a través de las relaciones sexuales. En los últimos años, la drogadicción endovenosa o por aspiración nasal fueron las formas más frecuentes de transmisión.

Como la hepatitis C habitualmente no presenta síntomas, un gran porcentaje de las personas que viven con la infección, no lo saben.

Por esto mismo, los profesionales de la salud y las sociedades científicas, recomendamos la realización del estudio en sangre del anticuerpo del virus, al menos una vez en la vida adulta.

(*) Jefe de la Sección Hepatología, Hospital de Clínicas San Martín y del Instituto de Gastroenterología Diagnóstica y Terapéutica (GEDyT).

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