No pensamos en la salud de las uñas hasta que un problema las afecta. Entonces puede que no dejemos de preocuparnos por ellas. Las causas de las enfermedades de las uñas pueden ser enfermedades subyacentes o una dieta y un cuidado inadecuados. Como consecuencias, pueden ser víctimas de los hongos o pueden decolorarse, deformarse, presentar surco o volverse quebradizas.
Las uñas cumplen actualmente poco más que una función decorativa, pero son un resto de tiempos pasados en la evolución cuando servían de autodefensa, para proteger los dedos o como herramientas.
Lo más interesante es que las uñas pueden revelar mucho el estado de salud de una persona. Los cambios en su aspecto pueden ser intrascendentes, pero también pueden ser síntomas de numerosas enfermedades.
SÍNTOMAS QUE SE PUEDEN OBSERVAR EN LAS UÑAS
Las uñas sanas son firmes, ligeramente cóncavas, flexibles y uniformes. Las uñas enfermas, en cambio, crecen lentamente, pueden tener una superficie, forma, color y manchas anormales y tienden a cuartearse o romperse.
MANCHAS EN LAS UÑAS
Muchas personas, incluso niños y jóvenes, presentan en las uñas manchas blancas con forma de luna (existe un término técnico para ellas: leuconiquia punctata).
A menudo se dice que son debidas a la falta de calcio, argumento que sirve para que el niño se tome un vaso de leche o un yogur, pero en realidad no es así.
Las marchitas blancas se deben a que cuando nos damos pequeños golpes en los dedos se producen pequeñas «rupturas» que son reparadas con queratina. Es probable que una dieta un poco pobre favorezca que las uñas se rompan, pero no se sabe cuáles pueden ser los nutrientes implicados. La deficiencia de zinc es una posibilidad, pero habría que revisar la dieta de la persona para comprobar que le falta o sobra.
Por tanto, las manchas blancas nos piden que seamos más cuidados con nuestras manos y que repasemos la calidad de nuestra alimentación.
Si las manchas son más grandes, lechosas o amarillentas, conviene consultarlo con el médico porque podría ser síntoma de enfermedad hepática o renal.
Las uñas con manchas de forma desigual y color blanco a menudo ocurren en la psoriasis o por el contacto con agentes químicos (por ejemplo, ácido nítrico)
Otras manchas en las uñas pueden tener diferentes coloraciones:
- Rojas brillantes: Si las uñas están fuertemente coloreadas de rojo puede ser por una dilatación de los vasos sanguíneos en el lecho ungueal y un signo de presión arterial alta. Las manchas rojas debajo de la cubierta de la uña son comunes en personas con psoriasis.
- Azuladas: Las uñas azuladas indican trastornos circulatorios, mientras que las uñas fuertemente azules podrían indicar enfermedad cardiaca o pulmonar crónica.
- Negras: Un color gris-negro indica intoxicación por metales o drogas. No se debe ignorar que las uñas también pueden volverse azules o negras debido a contusiones.
- Amarillas: Las uñas de color amarillo claro pueden deberse a la aplicación de esmaltes cosméticos sin base protectora. También pueden ser un signo de enfermedades biliares y hepáticas (por ejemplo, ictericia). Algunos medicamentos también pueden volverlas amarillos, como las tetraciclinas (antibióticos).
- Marrón amarillento: Puede ser signo de hongos en las uñas, lo que nos lleva a la enfermedad de las uñas más común y conocida.
LOS HONGOS EN LAS UÑAS
En Europa, más del 10 por ciento de las personas sufren de enfermedades de las uñas por hongos (onicomicosis). Alrededor del 90 por ciento de las infecciones por hongos en las uñas afectan a los pies. Afortunadamente, solo el 10 por ciento de las uñas afectadas son las de las manos.
La razón de que los hongos afecten más a las uñas de las manos es que crecen dos veces más rápido que las de los pies. Cuanto más lento crece la uña, más susceptible es a los hongos. Por eso, las personas mayores, cuyas uñas crecen más lentamente, corren mayor riesgo de sufrirlos. El 50 por ciento de las personas mayores de 60 años se ven afectados.
Los hongos en las uñas son causados principalmente por hongos que se alimentan de la queratina de las uñas. Se sienten especialmente cómodos en un ambiente húmedo y cálido, por lo que la sauna, la piscina, las duchas y los vestuarios públicos son sus «cotos de caza» preferidos.
Los factores de riesgo para sufrir hongos en las uñas incluyen:
- Uñas artificiales
- Pequeñas lesiones cutáneas
- Enfermedades (por ejemplo, pie de atleta, diabetes mellitus, psoriasis, trastornos circulatorios)
- Dieta desequilibrada (por ejemplo, deficiencia de vitaminas, obesidad)
- Medicamentos (por ejemplo, los antibióticos que reducen las bacterias promotoras de la salud y, por lo tanto, debilitan el sistema inmunológico. También los estrógenos de la píldora anticonceptiva favorecen las infecciones por hongos).
Si se afecta como máximo la mitad de una uña, la terapia local suele ser suficiente y la medicina natural puede ser eficaz. Los remedios preferidos para los hongos en las uñas, ya sea en las uñas de las manos o de los pies, incluyen:
- Aceite esencial de árbol de té
- Aceite esencial de lavanda
- Vinagre de manzana.
- Aceite de coco ecológico (el ácido láurico y el ácido caprílico que contiene los mata)
Aplicación
Se recomienda una mezcla de aceite de lavanda y aceite de árbol de té a partes iguales. Sumerge una bola de algodón o un bastoncillo de oído en la mezcla de aceite y extiéndela generosamente sobre la uña infectada. Repite la aplicación de tres a cuatro veces al día durante una semana. La mejora tiene que empezar a notarse a partir del tercer día.
UÑA ENCARNADA
La uña encarnada o uñero se produce cuando los lados de la uña del pie se clavan en la piel circundante, provocando una inflamación.
El dedo gordo suele ser el más afectado y las posibles causas son el corte incorrecto de las uñas, los zapatos demasiado ajustados o el aumento de la sudoración en los pies.
La inflamación del lecho ungueal se puede infectar cuando las bacterias invaden el tejido cutáneo irritado, empeorando las molestias. Los síntomas típicos son:
- Sensibilidad
- Puntos calientes, rojos e inflamados
- Hinchazón
- Exceso de piel
- Sangrado
- Pus blanco o amarillo
Remedios caseros
- Lava el área con un jabón suave o sal de Epsom para ablandarla y separar la piel de la uña.
- También puedes agregar una taza de vinagre de manzana a un poco de agua tibia y remojar la uña en ella. Esto la desinfecta y mata los posibles gérmenes.
- Después de haberla remojado, usa hilo dental (no mentolado) para levantar suavemente la esquina de la uña que se ha introducido bajo la piel.
Cómo cortar la uña encarnada
También tienes la opción de cortar una uña encarnada. Sin embargo, es algo complicado. La mejor forma de hacerlo es:
- Remoja tu pie en agua tibia y jabón durante 20 minutos. Esto reducirá la hinchazón y suavizará la piel.
- Desinfectante las manos y retira la piel lo justo (puede ser doloroso) para poder cortar la uña en línea recta, comenzando por el extremo.
- Finalmente coloca un pequeño trozo de algodón entre la uña del pie y la piel. Esto sirve para devolver la uña al camino correcto.
Si esta «operación» te causa respeto puedes acudir a un podólogo.
Para evitar la aparición de una uña encarnada:
- Lávate los pies regularmente con agua y jabón.
- Cámbiate de calcetines con regularidad
- No cortes las uñas de los pies demasiado cortas u ovaladas
- Empuja suavemente hacia atrás las cutículas superpuestas
- Usa zapatos cómodos y camina descalzo tanto como puedas
Artículos Relacionados: