Sabías que el ayuno provoca hambre y estrés, por lo que tu buen humor se puede ver afectado, además de producir otros problemas.
Al no desayunar tu organismo libera más colesterol; tu cerebro sufrirá de hambre, pues las neuronas no pueden obtener su combustible de ácidos grasos como el resto del cuerpo. Si bien los tejidos pueden obtener combustible de los ácidos grasos de tu cuerpo, el cerebro no.
Tras cuatro horas de ayuno, tu cuerpo consumirá la glucosa que tu cerebro necesita; también baja la glucosa en la sangre, provocando temblor, adormecimiento, y cansancio.
Tu metabolismo disminuye, y en cuanto el cuerpo recibe alimento, éste lo almacena en reservas suficientes de grasa, por el gen ahorrador, lo cual provoca sobrepeso y obesidad.
El ayuno prolongado puede provocar gastritis, pues el ácido gástrico se está produciendo constantemente con o sin alimento, y con el ayuno prolongado se irrita de forma constante al estómago.
La UNAM explica que no desayunar también modifica los patrones de sueño, además de provocar dolor de cabeza, aumenta el cansancio y genera que estés más irritable. Afecta también la capacidad de concentrarse y resolver los problemas de forma efectiva.
Otro problema es que puede provocar dolor de espalda porque baja tu presión arterial. Además, aumentará el impulso por ingerir colaciones poco saludables y recurrir a los llamados atracones.
Además, el ayuno también se relaciona con el poco rendimiento físico de las personas. Por ello, se recomienda que el ayuno debe ser máximo una hora después de haberte despertado.
La UNAM te menciona algunas de las consecuencias del ayuno, así que tienes varias razones para prepararte un buen desayuno, equilibrado y saludable.
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