Peligros de la vulvovaginitis, qué es, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirlo

Con la llegada del verano, los bañadores mojados, la bajada y subida de defensas, las relaciones sexuales o un tratamiento prolongado a base de medicamentos, puede provocar diferentes tipos de infecciones vaginales. Por - -

En España, las infecciones vulvovaginales son un motivo frecuente de consulta en atención primaria, especializada y urgencias hospitalarias, representando el 20% de las consultas ginecológicas. El 75% de las mujeres experimentan un episodio de vulvovaginitis sintomática a lo largo de su vida, según el estudio Diagnóstico y tratamiento de las infecciones vulvovaginalesde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.

Empecemos por el principio: la vaginitis y la vaginosis, no son lo mismo, pero suelen confundirse. La vaginitis es una inflamación de la vagina y la vulvovaginitis, es una inflamación que afecta a ambas partes, vulva y vagina: «La vaginitis puede causar picazón, dolor, secreción y olor. La vaginitis es común, especialmente en las mujeres en edad reproductiva», explican desde Medline Plus.

Dependiendo de la causa, el diagnóstico es diferente. La vaginosis bacteriana es causada por bacterias, principalmente, por la gardnerella vaginalis; la vulvovaginitis candidiásica, es una entidad causada por el hongo cándida.

Síntomas de las infecciones vulvovaginales

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia sostiene que a los 25 años, la mitad de las mujeres habrá sufrido al menos una infección vulvovaginal o vulvovaginitis. Los expertos aconsejan hacerse revisiones para evitar los efectos de estas infecciones y que se prolonguen en el tiempo.

Entre los síntomas que pueden desencadenar las vulvovaginitis infecciosas están el prurito (picor), ardor, dolor (vulvodinia), eritema (enrojecimiento de la piel), edema inflamatorio de piel y mucosas, y aumento de la secreción vaginal, en ocasiones maloliente, de color y características diferentes según el agente causante, dolor durante las relaciones sexuales y, en ocasiones, sangrado leve. Según el tipo de infección, los síntomas pueden ser diferentes y, por lo tanto, el tratamiento será distinto.

¿Cómo diferenciar la candidiasis de la vaginosis bacteriana?

La vaginosis bacteriana se caracteriza por un flujo vaginal acuoso, abundante, con un fuerte olor, que causa molestia vulvovaginal, aunque no presenta una inflamación vaginal significativa. Por otro lado, la vulvovaginitis candidiásica se presenta con un flujo vaginal abundante, cremoso, blanquecino, normalmente sin olor, pero su característica principal es que es causante de hinchazón, enrojecimiento y picazón en la zona vulvovaginal.

Vulvovaginitis candidiásicas

Para la detección de la vulvovaginitis candidiásica, se debe realizar una exploración minuciosa. Sus posibles causas: el mal control de la diabetes, el uso de antibióticos, que provoca un desequilibrio de la microbiota vaginal, niveles elevados de estrógenos por el uso de anticonceptivos, un embarazo o el seguimiento de una terapia estrogénica, y/o algunas enfermedades inmunodepresoras.

En cuanto al tratamiento, desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomiendan tratamientos con derivados imidazólicos, poliénicos o piridona de corta duración, que han demostrado su eficacia y seguridad y pocos efectos adversos.

En el caso de las vulvovaginitis candidiásicas recurrentes (que reaparecen tras un corto periodo de tiempo), hay que reforzar el tratamiento. A veces el hongo —presente en la vagina— no termina de desaparecer con el tratamiento farmacológico y vuelve a dar la cara  cuando se dan las condiciones ambientales favorables. En estos casos, los expertos recomiendan prolongar la terapia por vía oral a 14 días, así como por vía vaginal, y la opción de un tratamiento de mantenimiento durante 6-12 meses, dependiendo del caso y del paciente.

Vaginosis bacteriana

La vaginosis bacteriana es una infección motivada por un desequilibro de la microbiota vaginal y el incremento de diversas bacterias. Aunque en la mayoría de casos es asintomática, en otros presenta como síntoma principal el incremento de la secreción vaginal maloliente.

Entre los factores de riesgo se encuentran el tabaco, el uso de duchas vaginales o productos de higiene intravaginal. Aunque no se considera una infección de transmisión sexual (ITS), es una patología que aumenta con el número de parejas sexuales.

Además de los clásicos tratamientos antibióticos, el ácido láctico o los probióticos permiten reducir las resistencias a los antibióticos. En el caso de mujeres embarazadas, se recomienda el uso de cloruro de decualinio como tratamiento de elección durante la gestación, mientras que no está aconsejado el uso de antibióticos durante el primer trimestre del embarazo.

Se recomienda realizar un cribado de VIH en aquellas pacientes que tienen vaginosis bacteriana de forma recurrente: «La tasa de recaídas de vaginosis bacteriana es bastante alta y hasta el 30% de las mujeres diagnosticadas presenta una segunda infección durante los primeros 3 meses, y hasta el 50% presenta una segunda infección durante el primer año. Para estos casos, la guía establece repetir el tratamiento, y en mujeres con recurrencias documentadas se plantea realizar terapias repetidas intermitentes a largo plazo con el fin de suprimir el crecimiento anormal de las bacterias», sostienen.

Cómo prevenir las infecciones vaginales

Una buena higiene puede ayudar a prevenir la reaparición de algunos tipos de vaginitis, así como a aliviar algunos síntomas. Desde la Cínica Mayo nos aconsejan seguir una serie de pautas para prevenir este tipo de infecciones.

-Evita los agentes irritantes. Entre ellos, se encuentran las compresas y tampones perfumados, los lavados vaginales y los jabones perfumados.

Sécate de adelante hacia atrás después de ir al baño. Hacer esto evita esparcir bacterias fecales hacia la vagina.

Enjuaga bien el jabón de la zona genital externa luego de la ducha y seca bien la zona para prevenir irritaciones. No uses jabones fuertes, como los que contienen desodorantes o tienen acción antibiótica, ni tomes baños de espuma.

Evita los lavados vaginales. La vagina no requiere más limpieza que ducharse habitualmente. Los lavados vaginales frecuentes perturban a los microorganismos beneficiosos que viven en la vagina y pueden aumentar el riesgo de infección vaginal. Los lavados vaginales no harán desaparecer una infección vaginal.

-Mantén relaciones sexuales de manera más segura. Usar un preservativo y limitar el número de parejas sexuales puede ayudar.

-Usa ropa interior de algodón. Usa también medias tipo calza con entrepierna de algodón. Considera la posibilidad de no usar ropa interior a la hora de dormir. Las levaduras proliferan en ambientes húmedos.

Referencias

Diagnóstico y tratamiento de las infecciones vulvovaginales. Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Prog Obstet Ginecol 2022;65:61-75

Vaginitis: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento. Biblioteca Nacional de Medicina (EE. UU.) [2020]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/vaginitis.html Consultado: 05/06/2023

Vaginitis (2022) Mayo Clinic. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/vaginitis/symptoms-causes/syc-20354707 Consultado: 05/06/2023

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