Los malos hábitos alimenticios pueden conducir a enfermedades de por vida

¿Cómo de importante es la nutrición en la época universitaria? Un nuevo estudio afronta una realidad que puede pasarnos factura Por - -

La globalización y la tecnología, junto con los avances en el cuidado de la salud, los alimentos, el transporte…, también han alterado las opciones de alimentación, las actividades de ocio, las rutinas laborales y los comportamientos de los individuos, en general. Esto, a su vez, ha influido en enfermedades no transmisibles como la diabetes o los trastornos mentales, que prevalecen en todas las edades, y muchas de las muertes por estas causas se han asociado con el consumo excesivo de sodio o sal, la ingesta de alcohol y la falta de actividad física.

Ahora, un equipo de científicos dirigidos por la Universidad de British Columbia Okanagan (UBCO) ha descubierto que los malos hábitos alimenticios entre los estudiantes durante los estudios postsecundarios pueden contribuir a una variedad de problemas de salud en el futuro, pues estos malos hábitos suelen prolongarse no solo durante años, sino hasta décadas.

Entre los problemas de salud que pueden sobrevenir en el futuro, se incluye la obesidad, enfermedades respiratorias y depresión. «Sabemos que muchos estudiantes consumen comidas ricas en calorías junto con alimentos y bebidas azucaradas, y hay mucha evidencia que muestra que ese tipo de conductas alimentarias pueden conducir a la obesidad», aclara Joan Bottorff, profesora de Promoción de la Salud y Prevención del Cáncer en la UBCO y coautora del trabajo que publica la revista Preventive Medicine Reports. “Estos no son los únicos hábitos que conducen a la obesidad, pero son importantes y no se pueden descartar”, subraya.

Experimento

Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de alrededor de 12.000 estudiantes de medicina de 31 universidades diferentes en China. La investigación tuvo como objetivo mostrar una relación entre los malos hábitos alimenticios y las enfermedades infecciosas, incluidos los resfriados y la diarrea.

“Ha habido investigaciones biomédicas que también respaldan este vínculo entre la obesidad y las enfermedades infecciosas, y más recientemente esto se ha relacionado con el covid-19”, señala Bottorff. “Sabemos por algunas de las publicaciones recientes relacionadas con el covid-19 que las personas obesas tenían más probabilidades de tener condiciones y resultados graves. Las razones que se han ofrecido para esta mayor vulnerabilidad incluyen problemas para respirar debido a la presión del sobrepeso y respuestas inflamatorias e inmunitarias más deficientes”.

Los hallazgos sugieren que las personas que mantienen patrones de alimentación poco saludables durante sus años universitarios pueden tener un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud décadas después.

“El punto es que muchos malos hábitos alimenticios comienzan en la universidad y pueden continuar durante décadas”, dice Bottorff. “Necesitamos pensar en el entorno alimentario que brindamos a los estudiantes. Necesitamos asegurarnos de que en nuestras cafeterías y máquinas expendedoras haya opciones de alimentos saludables para que puedan comer sobre la marcha, pero también elegir alimentos saludables”, destaca. Y es que la universidad debe tener la obligación de ofrecer estas opciones sanas y asequibles a todos los estudiantes, y no como sucede habitualmente (sus máquinas suelen estar repletas de chocolates, dulces, golosinas y patatas fritas en general). Si bien ha habido mejoras en los últimos años, aún queda mucho trabajo por hacer.

«El punto crucial es que muchos malos hábitos alimenticios comienzan en la universidad y pueden continuar durante décadas»

La relevancia de los buenos hábitos

Los investigadores afirman que este estudio sirve como un recordatorio de advertencia sobre la importancia de promover buenos hábitos alimenticios entre los estudiantes para prevenir futuras complicaciones de salud. Teniendo en cuenta que el estrés de la vida universitaria y la falta de opciones de alimentos sanos a su alcance pueden afectar negativamente sus elecciones y, con ello, redundar en este ascenso de enfermedades no transmisibles producto de malos hábitos asentados durante años.

No olvidemos que la dieta juega un papel crucial en el mantenimiento de la salud y el bienestar general, y puede influir significativamente en el riesgo de desarrollar diversas enfermedades y afecciones. De ahí que no debamos desdeñar la importancia de nuestra alimentación en ninguna etapa de la vida.

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