Cáncer de ovario

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El cáncer de ovario aparece habitualmente después de la menopausia, aunque  puede surgir en mujeres jóvenes con antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario como consecuencia de una mutación en el gen BRCA.

Podemos prevenir el cáncer de ovario en aquellas mujeres con esta predisposición extirpando los ovarios y las trompas una vez que hayan completado su deseo genésico.

Estas mutaciones también hacen más frágil al propio tumor y nos está permitiendo tratarlo con drogas específicas más novedosas que lo destruyen más fácilmente.

En la enfermedad avanzada, las pacientes pueden recaer, y el pronóstico en estos casos depende del intervalo libre de enfermedad y por tanto de la sensibilidad a quimioterapia.

Cuanto mayor sea el intervalo libre sin recaída, mayor vuelve a ser la sensibilidad a quimioterapia y mayor el tiempo de supervivencia.

En muchas ocasiones, hemos convertido una enfermedad mortal en una enfermedad crónica de larga evolución.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de ovario?

No hay sintomatología específica y habitualmente se confunde con la que puede producir el aparato digestivo y la vejiga, especialmente si la sintomatología es persistente.

Entre los síntomas más frecuentes, se pueden citar la hinchazón abdominal, sensación de gases, malas digestiones, estreñimiento o diarrea, ganas de orinar frecuentes.

También puede haber pérdida de apetito o de peso sin causa aparente. A veces, aparece sintomatología genital como alteraciones menstruales, sangrado postmenopáusico o dolor en la relación sexual.

Los síntomas más habituales son:

  • Hinchazón abdominal.
  • Malas digestiones.
  • Ganas de orinar frecuentes.
  • Alteraciones menstruales.
  • Pérdida de peso sin justificar.

¿Tiene alguno de estos síntomas?

¿Cuáles son las causas del cáncer de ovario?

La causa exacta de los tumores de ovario es aún desconocida, aunque entre las diversas teorías se admite que la ovulación incesante con los fenómenos de cicatrización consiguientes en la superficie del ovario, pueden tener que ver con ello.

También se ha admitido la posible relación con procesos inflamatorios crónicos o determinado ambiente hormonal, como por ejemplo los andrógenos en el ovario poliquístico o la elevación de las gonadotropinas en la menopausia.

¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de ovario?

Los principales factores de riesgo son:

  • Herencia de genes mutados como el BCRA1 y 2 que también se relaciona con el riesgo de desarrollar cáncer de ovario. Síndrome hereditario de cáncer colorrectal no polipósico (HNPCC).
  • Historia familiar: algunas veces el cáncer de ovario puede aparecer en más de un miembro de la familia, sin que esto tenga que ver con factores hereditarios conocidos.
  • Historia personal de cáncer de mama.
  • Edad: más frecuente en la postmenopausia.
  • Fertilidad: no haber tenido hijos. Haber sido sometida a tratamientos inductores de la ovulación, aunque esto parece más relacionado con el propio contexto de la esterilidad que no de la medicación.
  • Terapéutica hormonal sustitutiva sólo con estrógenos.
  • Obesidad o dieta rica en grasas.

¿Cómo se diagnostica el cáncer de ovario?

Las posibilidades de sobrevivir cuando aparece este tipo de tumor están muy relacionadas con que se haya extendido o no fuera del ovario. Sólo alrededor de un 20% están aún sin diseminar cuando se diagnostican.

Se diagnostica a través de:

  • Exploración clínica.
  • Ecografía transvaginal o transrectal. Tiene una precisión diagnóstica muy alta.
  • Marcadores tumorales en sangre, especialmente el CA-125.
  • Pruebas de imagen: TAC, ecografía abdominal o RM.
  • Exploración quirúrgica: confirmar y tratar la enfermedad localizada en el abdomen.

¿Cómo se trata el cáncer de ovario?

La regla de oro en el tratamiento del cáncer de ovario es la extirpación (exéresis) completa de la enfermedad visible, o al menos la posibilidad de dejar como máximo una enfermedad residual menor de 1cm.

Este abordaje ha demostrado, junto a una quimioterapia eficaz, que mejora significativamente la curabilidad de las pacientes que sufren esta enfermedad. Para conseguir este objetivo es necesario realizar procedimientos quirúrgicos diversos dentro del abdomen.

Estos procedimientos incluyen no solamente la extirpación del útero y los ovarios, sino también de los ganglios, algún segmento de intestino, peritoneo, vía urinaria, bazo o alguna metástasis en el hígado, entre otras. Para ello, algunas veces es necesario establecer una estrategia quirúrgica en equipo en la que además del ginecólogo oncólogo interviene también el cirujano especialista en cirugía oncológica intraperitoneal.

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