Tu Salud en Casa. Diabetes: Alimentación y Ejercicio

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La diabetes está hoy reconocida como un problema de salud mundial. De hecho, hace cuatro años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un primer informe sobre esta enfermedad y dio a conocer que en los últimos cuarenta años -es decir, desde 1980- se había cuadriplicado el número de personas que la padecen en el mundo.

No hay duda de que, como todas las enfermedades crónicas, la diabetes puede causar un gran sufrimiento, sobre todo psicológico. Pero saber que también depende de nosotros controlar algunos de sus efectos puede producirnos no sólo una gran sensación de bienestar sino también de tranquilidad.

La alimentación, el ejercicio físico y el tratamiento farmacológico son los tres pilares fundamentales en los que se debe basar una buena atención de esta enfermedad. De lo que se trata, fundamentalmente, es de prevenir y retrasar la aparición de complicaciones, como úlceras y otros problemas relacionados con la vista, los riñones o el corazón.

Se trata, en definitiva, de mejorar la calidad de vida. Y para ello, tanto la alimentación como el ejercicio son dos factores fundamentales y que dependen enteramente de nosotros.

Sobre la ALIMENTACIÓN, es muy importante que la dieta esté adaptada a la edad, la talla, el peso, la actividad física, así como a otras enfermedades que podamos padecer. En todo caso, hay una serie de pautas básicas comunes a todos los tipos de diabetes.

Existe la creencia equivocada de que sólo hay que limitar los dulces. Pero lo que realmente hay que regular son los hidratos de carbono (hdc), es decir, el arroz, el pan, las tortillas, las papas, la pasta, las legumbres y, por supuesto, el pan dulce, los pasteles y los bizcochos.

De lo que se trata es de distribuir los hdc a lo largo del día y no concentrarlos en unas pocas tomas. Es importante saber también que hay hdc de absorción rápida (que después de ingerirlos provocan que el azúcar suba más bruscamente) y hdc de absorción lenta, que hacen que el azúcar suba de manera más suave y sostenida. Por eso resulta conveniente sustituir los hdc rápidos (como, por ejemplo, el arroz blanco, los dulces o jugos de frutas) por los hdc de absorción lenta, es decir, los cereales integrales y las legumbres entre otros. Estos últimos ayudan más a controlar el nivel de azúcar en la sangre.

La fibra también es importante, porque al conseguir que los azúcares se absorban más lentamente permite que conservemos los valores de azúcar en sangre más bajos. Una buena idea es combinar los hdc con fibra, por ejemplo verduras.

Existe un truco muy fácil para calcular la cantidad de hdc que debemos ingerir. Se conoce como el método del plato” y consiste en calcular la cantidad de cada grupo de alimentos a consumir en una comida de la siguiente manera: dividimos el plato, un cuarto lo reservamos para proteínas, otro cuarto para hdc, y la otra mitad la destinamos para una pequeña parte de fruta y el resto verduras.

Hay que tener muy en cuenta también que si estamos medicados con insulina eso requerirá ser más estrictos con las comidas. No hay que saltarse ninguna comida y su horario debe ser regular. También el ejercicio físico debe estar más programado

Sobre el EJERCICIO FÍSICO, es muy importante hacerlo de manera regular, de manera habitual y no sólo de vez en cuando. Son muy recomendables los ejercicios aeróbicos, como caminar o andar en bicicleta. También hay que saber que según qué tratamiento tengamos podemos sufrir bajadas de azúcar, por lo que resulta muy conveniente llevar siempre con nosotros un terrón de azúcar, por si nos hiciera falta. No se debe hacer deporte sin haber comido, ni tampoco justo después de habernos puesto la insulina. 30 minutos al día de ejercicio es una buena receta para sentirnos mejor.

Otro aspecto muy importante en las personas que padecen diabetes es el cuidado de los pies para prevenir úlceras e incluso amputaciones. Y eso precisamente es lo que trataremos la semana que viene.

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Acerca de Leticia Escalante

Diplomada en enfermería por la Universidad del País Vasco (España) y cuenta también con una Especialidad en Enfermería Comunitaria (esto es, de Atención Primaria), formación en Enfermería Escolar, Salud Familiar y en Integración de Cuidados, entre otras cosas. Asimismo tengo experiencia en formación online en materia de salud.