Un equipo de investigación en el Centro de Investigación del Cerebro de la Universidad de Viena descubrió que las dietas maternas altas en grasas pueden causar cambios de por vida en el cerebro de la descendencia no nacida.
Cuando una mujer embarazada consume una dieta alta en ácidos grasos poliinsaturados omega-6, su cuerpo produce un exceso de cannabinoides endógenos (endocannabinoides), que sobrecargan el sistema fetal y perjudican el desarrollo de redes cerebrales saludables. Tal mecanismo parece relevante para patologías como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la esquizofrenia y los trastornos de ansiedad. Es poco probable que dicho daño pueda revertirse simplemente con un cambio posterior de dieta.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Molecular Psychiatry, ha examinado en modelos de células y de ratón cómo la ingesta de dietas altas en grasa durante todo el embarazo (rica en ácidos grasos poliinsaturados omega-6) afecta el desarrollo del cerebro fetal.
Cuando la madre consume una dieta alta en grasas durante el embarazo, tanto esta como el bebé producen un exceso de endocannabinoides. Incluso pueden transferirse de la madre al feto. Los endocannabinoides pueden sobrecargar los receptores cannabinoides correspondientes en el cerebro fetal y limitan su capacidad de señalización. Como resultado, las células nerviosas ya no podrán integrarse correctamente en el cerebro para cumplir sus funciones prospectivas.
El estudio también muestra que estos impedimentos persisten durante toda la vida de la descendencia afectada y pueden servir como desencadenantes críticos para desarrollar trastornos psiquiátricos más adelante.
Los endocannabinoides
Los endocannabinoides son sustancias producidas por el cuerpo. Forman parte del sistema endocannabinoide, que sirve como un sistema de comunicación fundamental en el cerebro y en otros órganos.
En el cerebro adulto, los endocannabinoides limitan la comunicación entre las neuronas al unirse a los receptores de cannabinoides. En el cerebro en desarrollo, los endocannabinoides determinan cuándo y dónde se colocan las neuronas y si forman conexiones entre sí. Esto significa que cualquier sustancia que influya en los niveles de endocannabinoides o que afecte directamente la función del receptor de cannabinoides afectará inevitablemente al desarrollo del cerebro.
«Al actuar como una ‘señal de stop‘, la sobrecarga prolongada de endocannabinoides deteriora el desarrollo de muchas neuronas en el cerebro fetal», explica el investigador principal Tibor Harkany, jefe del Departamento de Neurobiología Molecular en el Centro de Investigación del Cerebro de la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena.
«Creemos que el silenciamiento constante de los receptores de cannabinoides altera la epignética de las células nerviosas afectadas. Los mecanismos epigenéticos determinan el patrón de expresión génica en cualquier célula. Si se daña, las células ya no podrán llevar a cabo sus funciones adecuadamente», añade.
A gran escala, inhibir la creación de conexiones entre las células cerebrales perjudicará la formación de redes neuronales importantes. Esto puede provocar trastornos psiquiátricos como el TDAH, la esquizofrenia y los trastornos de ansiedad.
«Hasta donde podemos ver, los cambios patológicos de las células nerviosas que hemos encontrado son irreversibles«, explica Harkany. «Tiene un uso limitado para cambiar a una dieta saludable y baja en grasas después del nacimiento, cuando el daño ya está hecho». Aunque el estudio se basa en modelos animales, Harkany enfatiza que otros estudios ya indican efectos nocivos en humanos, mientras que este informe identifica los mecanismos moleculares que también pueden aplicarse a los humanos.
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