Investigadores de la Universidad de Virginia Commonwealth (Estados Unidos) están probando una vacuna contra el abuso de opioides, que está destinada a bloquear los efectos de la heroína y el fentanilo en pacientes con trastorno por uso de estas sustancias.
Esta vacuna, desarrollada por el Instituto de Investigación Scripps en California, incita al cuerpo a generar ‘anticuerpos antiopiodes’. “Representa un área de investigación prometedora para el trastorno por uso de estas sustancias, incluyendo la recaída y la sobredosis, porque son mecánicamente diferentes de las terapias actuales aprobadas como la naloxona, la metadona y la naltrexona, que se dirigen a los receptores opioides”, señala el autor principal del estudio, Matthew Banks, en un artículo en la revista ‘Trends in Pharmacological Sciences’.
La vacuna de Scripps y otras inmunoterapias funcionan al hacer que el sistema inmunitario produzca anticuerpos que evitan que las moléculas de drogas, como la heroína o el fentanilo, crucen la barrera hematoencefálica hacia el sistema nervioso central, bloqueando los efectos de los opioides.
“Si una persona se inyecta heroína o fentanilo después de haber sido vacunados, esos anticuerpos están ahí para capturar los medicamentos en el torrente sanguíneo, lo que debería evitar que las personas se droguen”, asegura Banks.
De manera similar a cómo la vacuna contra la gripe desencadena la respuesta inmunitaria a través de la exposición al virus, las vacunas opioides dependen de la exposición a moléculas opioides específicas para producir una respuesta inmunitaria. Las moléculas opioides no producen naturalmente una respuesta inmunitaria, por lo que se unen a proteínas portadoras disponibles clínicamente, como la vacuna contra el tétanos, para que el sistema inmunitario comience a producir anticuerpos. Los científicos también agregaron un químico llamado adyuvante a la vacuna para estimular la respuesta inmune.
Artículos Relacionados: