El proceso de envejecimiento conlleva muchos cambios. Cambios que se producen tanto en la esfera psíquica como en la social y la física.
Algunos de los cambios físicos son visibles a simple vista -como por ejemplo las arrugas-, pero hay muchos otros que no son tan aparentes. Conocer todos estos cambios que se producen puede ayudarnos a entender cómo nos sentimos y a adaptarnos mejor a esta nueva etapa de nuestra vida.
A continuación, voy a enumerar los cambios que se producen en los distintos órganos y los efectos que tienen sobre nuestra vida. Enumerarlos todos en este breve artículo sería imposible, de modo que los iremos viendo poco a poco en las siguientes semanas. Esta semana veremos el sistema cardiovascular y el respiratorio.
SISTEMA CARDIOVASCULAR
Con la edad las arterias se vuelven más rígidas, lo que hace que podamos desarrollar con mucha más facilidad hipertensión arterial, de ahí que en grupos de población de edades avanzadas haya más personas con esta dolencia.
A nivel cardíaco se producen muchos cambios, los más significativos -y que ustedes podrán relacionar con problemas que pueden haber observado en ustedes mismos o en conocidos- son que disminuyen las células encargadas del impulso eléctrico con fibrosis en el tejido, lo que hace que desarrollemos con más facilidad arritmias. Además, hay que tener en cuenta que estas arritmias conllevan una serie de riesgos que es importante controlar.
También hay un aumento del tamaño del ventrículo izquierdo cardiaco (esta cavidad es la encargada de impulsar la sangre al resto del organismo), la capa interna de las cavidades del corazón se engrosan y las válvulas cardiacas se engrosan y calcifican. Todo esto genera que tengamos una menor tolerancia al ejercicio, nos cansaremos más rápido, la función de las válvulas cardiacas no será tan efectiva y el llenado de las cavidades cardiacas se verá afectado haciendo que el funcionamiento general del corazón empeore.
SISTEMA RESPIRATORIO
A nivel respiratorio se producen también cambios, como la disminución de la capacidad respiratoria y el debilitamiento de los músculos respiratorios. Esto hace que tengamos menos capacidad para hacer ejercicio aeróbico intenso, como por ejemplo correr. Pero podemos seguir haciendo ejercicio aeróbico más suave, lo que será muy beneficioso para el funcionamiento general de nuestro organismo.
También los mecanismos de defensa de los pulmones son menos efectivos pudiendo desarrollar con más facilidad neumonía. Por eso es especialmente importante seguir las pautas de vacunación que se indiquen.
Todas estas modificaciones harán que notemos algunos cambios físicos en nuestro día a día y nos generarán más riesgo de determinadas patologías, lo que conlleva que sea especialmente importante llevar un estilo de vida saludable para minimizar esos riesgos.
La próxima semana veremos los órganos de los sentidos, que son muy importantes en cómo percibimos el mundo y cómo nos relacionamos.
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