Mitos sanitarios, ¿qué estamos haciendo mal?

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Los mitos sanitarios están presentes en todas las culturas y épocas. Estas costumbres, sin ningún rigor médico ni científico pueden poner en riesgo nuestra salud. Esther Samper, licenciada en Medicina por la Universidad de Valencia, es la autora de “Si escuece, cura”(Ediciones Cálamo) donde recoge 50 malas prácticas de salud divididas en Primeros auxilios, Nutrición y alimentación, Bebés y niños, Farmacia e Higiene y enfermedades infecciosas. EFEsalud ofrece una segunda entrega sobre este estudio, que complementa y amplia la primera, y prosigue así desmitificando malos hábitos sanitarios

Mitos sanitarios, ¿qué estamos haciendo mal?

Infografía sobre malas prácticas sanitarias/EFE/ Noemí Rojín

Los hábitos y costumbres pasan de generación en generación sin plantearnos si son correctos o no. Pero estos mitos sanitarios sin respaldo científico pueden convertirse en un peligro para nuestra salud.

Esther Samper, también Máster en Biotecnología Biomédica por la Universidad Politécnica de Valencia y doctora en Ingeniería Tisular Cardiovascular por la Medizinische Hochschule de Hannover , es la autora de “Si escuece, cura”. En este libro reúne 50 malas prácticas sanitarias muy comunes para desmitificarlas y explicar correctamente el proceso que se debe seguir en cada caso.

EFEsalud recoge y completa, en un segundo reportaje, el trabajo de Samper para luchar contra algunas de estas falsas ideas implantadas en el imaginario colectivo.

Primeros auxilios

Tratar las quemaduras siempre ha sido un terreno muy habitado (en todas las sociedades) por los remedios caseros. La vaselina, las claras de huevo, la pasta de dientes o la mantequilla forman parte de estos remedios “de andar por casa”. Lo cierto es que la mantequilla y la clara de huevo lo que hacen es favorecer la infección, mientras que la pasta de dientes puede irritar el tejido dañado. Lo más recomendado en caso de sufrir una quemadura es introducirla en un recipiente con agua abundante y jabón suave o acudir al médico si es un caso grave.

Uno de los grandes mitos sanitarios tiene que ver con los ataques epilépticos y el miedo a tragarse la lengua. Nunca se debe poner nada en la boca o intentar sacarle la lengua a una persona inconsciente o que está sufriendo una convulsión por tres motivos: el objeto podría moverse y asfixiarlo, podría lesionarse la mandíbula o los dientes y puedes lesionarte los dedos si la persona te muerde en el proceso. Lo mejor ante una situación así es colocar a la persona de lado para favorecer que la saliva salga y que la lengua se mueva por su propio peso.

Hollywood nos ha enseñado que en caso de hemorragia hay que realizar un torniquete. Lo que no nos cuenta es que solo deben realizarse en casos muy concretos, ya que tienen muchos peligros asociados a cortar la circulación de una extremidad. Solo un torniquete realizado en el momento oportuno, de manera correcta y por profesionales cualificados, puede salvar vidas. El grado de presión, la extremidad en la que se realice y la superficie total sobre la que se aplica la presión son los 3 elementos a tener en cuenta para realizar un torniquete.

Más de una vez hemos escuchado “hay que inducir el vómito en caso de intoxicación”. La mayor parte de las intoxicaciones en España son accidentales por la ingesta de medicamentos, productos de limpieza o plaguicidas, entre otros. No es aconsejable inducir el vómito. Puede producir daños a su paso por el esófago (si el tóxico es corrosivo) y existe riesgo de asfixia. Tampoco hay que darle de comer o administrarle ninguna sustancia a la víctima. Lo correcto en caso de intoxicación es llamar al Instituto Nacional de Toxicología (SIT) disponible 24 horas o acudir a urgencias rápidamente.

Nutrición y alimentación

El anisakis es un nematodo (gusano redondo) que se dio a conocer en España entre 1991 y 1995 por los múltiples casos de intoxicación que se produjeron. Cualquier tipo de pescado marino de consumo humano puede contenerlo. Una creencia muy extendida es que el vinagre mata a este gusano, lo que no es cierto. La ingesta de anisakis puede provocar una infección del aparato digestivo (anasikiasis) o producir enfermedades a través de reacciones alérgicas. Lo ideal para luchar contra él es congelar el pescado a -20º C o inferior durante por lo menos 5 días y el tratamiento térmico hasta el centro del pescado a 60ºC mínimo durante 10 minutos.

Existen muchos mitos sobre cómo prevenir o curar la resaca en fechas donde el consumo suele ser mayor al habitual (Navidad, por ejemplo). Algunos de los remedios que se proponen son las espinacas, jengibre o algunas vitaminas. La realidad es que no se puede curar la resaca, pero sí aliviar algunos síntomas hasta cierto punto. La deshidratación que se produce por la ingesta excesiva de alcohol es clave, pero si durante o después del consumo de alcohol se bebe mucha agua el malestar posterior será menor. También es aconsejable comer y beber ligero antes de acostarse y al levantarse y nunca realizar comidas con mucha grasa o copiosas. Tomar ibuprofeno ayudará a calmar la inflamación del aparato digestivo.

 ¿Cuántas veces hemos escuchado que el Aquarius o las bebidas isotónicas son recomendables cuando tenemos gastroenteritis? Es completamente erróneo. Una de las posibles consecuencias es la deshidratación producida por los reiterados vómitos y diarreas. Sin embargo, este tipo de bebidas no son recomendables. Contienen mucho azúcar que puede agravar la diarrea y los electrolitos que aportan no coinciden con los que tenemos que reponer tras los vómitos. Lo ideal para hidratarse es el suero de rehidratación oral (suero oral) que se puede conseguir en la farmacia.

Las galletas, zumos y el Cola Cao/ Nesquick forman parte del desayuno común de los españoles. El motivo por el que son estos alimentos y no otros es meramente cultural y no nutricional. Pero estos alimentos están lejos de ser saludables. Contienen una calidad nutricional muy baja. Las galletas pertenecen al grupo de bollería industrial, los cacaos solubles son polvos de azúcar y los zumos contienen azúcares de rápida absorción.

Mitos sanitarios en bebés y niños

Al contrario de lo que se piensa, los collares de ámbar no son aconsejables para aliviar los dolores de la dentición. Aunque en España estos collares han gozado de más o menos fama (según la época) se siguen utilizando. Los defensores de esta creencia señalan que ayuda al bebé durante este proceso, aliviando el dolor y el cansancio. La realidad es que no tienen ningún tipo de utilidad ni beneficio.

 

Una dolencia común en los más pequeños es el llamado cólico del lactante. Decimos que un bebé sufre de esta patología cuando llora durante mucho tiempo de una forma intensa e incontrolada sin que haya ninguna causa médica ni biológica. El propio nombre es incorrecto, ya que cuando hablamos de cólico nos referimos a un dolor abdominal. Por ello, muchos especialistas prefieren denominarlo “llanto problemático”. Al tratarse de un tema tan difuso no falta quien quiere aprovecharse vendiendo falsos remedios aunque se trate de un proceso autolimitado (empieza y termina solo). En este caso, se recomienda retirar de la dieta de la madre los lácteos si el bebé aún está tomando leche materna.

Para cerrar este bloque, vamos a abordar el mito de que “los pulpos de ganchillo en los hospitales ayudan a los bebés prematuros”. Es una iniciativa cargada de buenas intenciones, pero que no tiene ningún beneficio para los bebés. Más bien al contrario. El bebé se enfrenta a riesgos innecesarios sin respaldo médico ni científico simplemente por una moda estética.

Farmacia

Los condroprotectores (protectores del cartílago articular) se incluyen dentro de la categoría de fármacos cuyas propiedades son dudosas. Las enfermedades de las articulaciones asociadas al desgaste del cartílago (la artrosis, sobre todo) son un importante problema de salud pública. Hoy en día estas medicinas se llaman SYSADOA (fármacos sintomáticos de acción lenta para la artrosis) y los diferentes estudios científicos han demostrado que no son relevantes a la hora de regenerar el cartílago.

En épocas de frío y resfriados es muy común acudir a las farmacias a comprar mucolíticos (facilitan la salida del moco) con la esperanza de mejorar nuestro estado de salud. En realidad, estos medicamentos no han demostrado ninguna eficacia en resfriados o gripes en los estudios que se han realizado. De hecho, son muchos los efectos adversos que presentan (vómitos, diarreas o náuseas).

Ligado al mito anterior, y en temporada de catarros, son muchos los que defienden el uso del Vicks VapoRub como descongestivo nasal. En los ensayos clínicos no se ha demostrado su eficacia, más bien al contrario. En el mejor de los casos produce la sensación de aliviar la congestión por el frescor de las moléculas del mentol que contiene. Si durante el resfriado hay mocos lo mejor son los lavados nasales con soluciones salinas.

Las comilonas, beber de manera excesiva o el consumo abundante de ciertos alimentos favorecen los problemas de ardor, muy frecuentes entre la población. Es tradición tomar bicarbonato sódico en estos casos. Y aunque dentro de unos límites puede ser útil, a día de hoy su uso está desaconsejado. Produce efecto rebote y puede provocar (si se toma en abundancia) una alcalosis metábolica. En caso de ardor de estómago se recomienda el uso de fármacos seguros como Almax.

 

Higiene y enfermedades infecciosas

La cera de los oídos es un mecanismo natural de protección para evitar la entrada de objetos y sustancias extrañas. Por tanto, ¿es imprescindible limpiarse los oídos para que salga la cera?. La respuesta es negativa. Nuestros oídos están preparados para expulsarla por sí mismos. Los comunes bastoncillos, al contrario de lo que se piensa, favorecen la formación de tapones. Además, pueden provocar heridas, otitis, rotura de tímpano o pérdida de audición. Su uso, por tanto, es innecesario.

La prevención de las picaduras de mosquitos es un terreno donde aquellos que solo quieren enriquecerse han visto un buen negocio. El uso de “repelentes” electrónicos igual que ingerir B1 o ajos son mitos sin ningún rigor científico. Otras costumbres incluyen los aceites esenciales (de plantas o comerciales) que no tienen una eficacia demostrada o las pulseras “repelentes” que protegen una media de 0,3 minutos como máximo. Lo más eficaz para luchar contra los mosquitos es actuar sobre las fuentes de agua, imprescindible en su reproducción. Otras medidas son las mosquiteras, insecticidas y los repelentes cutáneos (DEE y picardina).

Está muy extendida la creencia de que hay que acudir al médico por una gripe. Lo cierto es que se trata de una medida equivocada. Si por lo general eres una persona sana, sin factores de riesgo y los síntomas gripales no superan las dos semanas, la visita al médico es completamente innecesaria. Lo que se recomienda es reposo en casa, tomar analgésicos o antiinflamatorios (si son necesarios), beber líquido y no tomar alcohol ni fumar. En casos graves, personas de avanzada edad o de que los síntomas gripales superen las dos semanas sí es aconsejable acudir al médico de cabecera.

Otro tema controvertido es el uso o no de antidiarreicos cuando se sufre diarrea por gastroenteritis. El más conocido en España es Fortasec y aunque cumple su función en la gran mayoría de los casos su uso no se recomienda. Las diarreas son procesos autolimitados (remiten espontáneamente) que por lo general (a menos que sea un caso grave) no requieren tratamiento farmacológico. El suero oral es lo indicado para evitar la deshidratación que puede provocar la diarrea.

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