La salud bucodental es muy importante para gozar de una buena calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como la ausencia de dolor orofacial, cáncer de boca o garganta, infecciones y llagas bucales, enfermedades de las encías, caries, pérdida de dientes y otras patologías y trastornos que limitan en la persona afectada la capacidad de morder, masticar, sonreír y hablar, al tiempo que repercuten en su bienestar psicosocial.
Hay ciertos hábitos que todos sabemos que son beneficiosos para nuestra boca, como una dieta sana y equilibrada o una buena higiene bucodental.
En este sentido, los especialistas de la Fundación Dental Española aconsejan seguir siempre la misma rutina. “Lo ideal es dividir la boca en cuatro sectores y lavar cada uno de ellos durante 30 segundos, por lo que, en total, estaremos dos minutos. En cuanto a la técnica, es importante ir desde la encía hacia el diente y no al revés”, puntualizan.
Asimismo, señalan que no hay que olvidarse de la lengua, que es un foco de placa bacteriana, e indican que debe cepillarse de dentro hacia afuera. Desde la Fundación Dental Española destacan la importancia de cepillarse a menudo, si puede ser, después de cada comida. En este sentido, recomiendan “que la pereza no pueda con el último cepillado del día”.
Creencias extendidas
En cambio, hay otras afirmaciones que solemos aceptar a fuerza de escucharlas muchas veces aunque, en realidad, no tengan base científica. “Forman parte del sistema de creencias alrededor de la salud. La gran mayoría son falsas, aunque con matices”, afirma Manuela Escorial, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental.
Los especialistas de Sanitas, compañía aseguradora y proveedora de servicios de salud y bienestar, han recopilado algunas de las creencias más extendidas y nos explican por qué no son ciertas o qué parte de verdad hay en ellas en relación con la salud bucondental.
Una de las más arraigadas es que masticar chicle después de comer puede sustituir al cepillado de dientes. En este sentido, los odontólogos de esta compañía subrayan que es falso y que, en ningún caso, masticar chicle sustituye al cepillado.
Sin embargo, en circunstancias en las que no se tiene ocasión de cepillarse los dientes tras una comida, los chicles sin azúcar contribuyen a aumentar el pH de la boca y así ayudan a reducir de manera considerable el riesgo de caries.
Otra afirmación habitual y sin embargo falsa es que comer manzana verde limpia los dientes.
Los odontólogos de Sanitas destacan que comer fruta y verdura a diario favorece una vida saludable. No obstante, advierten de que consumir manzana verde ácida después de una ingesta que incluya azúcares no protege. “Por el contrario, propicia una disminución del pH del medio bucal, lo que hace aumentar el riesgo de caries”, indican.
Además, suele creerse que los dientes de leche no tienen caries. Los odontólogos de esta aseguradora lo desmienten y afirman que “los dientes de leche pueden tener caries y, de hecho, éstas progresan más rápido que en los dientes permanentes”.
“La caries es una destrucción de los tejidos duros del diente (esmalte y dentina) debida a determinadas bacterias que transforman los azucares en ácido. Si no se hace nada, alcanza la pulpa (nervio del diente) y produce dolor. Una caries no tratada puede causar infección en otros órganos del cuerpo (corazón, riñón…), además de provocar la pérdida del diente”, explica por su parte la Fundación Dental Española.
Esta entidad recomienda llevar a los niños al dentista cuanto antes si se sospecha que pueden tener una caries.
Muelas del juicio, halitosis…
Otra de las creencias comúnmente aceptadas cuando hablamos de salud bucodental es que las muelas del juicio no sirven para nada, por lo que es mejor quitarlas. Sin embargo, los especialistas de Sanitas aseguran que esto es falso. “Unas muelas del juicio funcionales o que permanezcan en el interior sin dar sintomatología no tienen por qué extraerse”, manifiestan.
Estos expertos señalan también que otro de los mitos arraigados es el que dice que la halitosis o mal aliento es solo un síntoma de problemas gastrointestinales. “Sin embargo, esto no es cierto pues alrededor del 80% de los problemas de mal sabor de boca u olor de boca están directamente relacionados con ella”.
En este sentido, señalan que las dolencias de las encías o la ausencia de cepillado lingual pueden ser algunas de sus causas.
Del mismo modo, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) detalla que, cuando la comida se queda entre los dientes, alrededor de las encías y en la lengua, puede causar mal olor en la boca al descomponerse. Además, “el alimento podrido contribuye a incrementar las bacterias en la boca, que pueden originar enfermedad en las encías y dientes lo que, a su vez, produce mal aliento”, apunta.
Esta entidad aclara que la boca seca (xerostomía) también puede causar mal aliento pues, al producirse menos saliva, la boca es incapaz de eliminar los restos de partículas dejadas por los alimentos.
“La boca seca puede deberse a algunos medicamentos, a enfermedades de las glándulas salivales o puede producirse si se respira por la boca de manera habitual”, indican estos especialistas.
Otra causa de mal aliento puede ser el consumo de algunos alimentos como la cebolla o el ajo. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria precisa: “el café, el alcohol y el tabaco también afectan al aliento”.
Asimismo, señala que el mal aliento “puede ser una señal de enfermedades del estómago, de los bronquios, del riñón o del hígado, aunque esto ocurre en menos ocasiones”.
Para combatir la halitosis, la semFYC recomienda comer fruta y verdura a diario, usar seda dental al menos una vez al día, lavarse los dientes después de cada comida y cepillar la superficie de la lengua, entre otras medidas.
Higiene, otro de los mitos de la salud bucodental
En lo relativo a la higiene bucodental existen distintas afirmaciones de dudosa fiabilidad. Una de ellas es que cuanto más pica la pasta de dientes, más efectiva es. Sin embargo, los especialistas de Sanitas subrayan que la pasta de dientes no debe picar.
Por el contrario, indican que “el uso de agentes excesivamente fuertes puede dañar las mucosas”.
Así, manifiestan que una pasta con la adecuada concentración de flúor y agentes antiplaca no tiene por qué ser irritante.
También suele pensarse que es normal que las encías sangren un poco con el cepillado. No obstante, los odontólogos de Sanitas destacan que es falso. “El sangrado suele ser consecuencia de un proceso inflamatorio, muestra de que nuestro organismo lucha contra algo y debe ser considerado una señal de alarma”.
Asimismo, no es raro escuchar que las limpiezas dentales son agresivas para el esmalte de los dientes. Sin embargo, estos odontólogos puntualizan que una técnica adecuada “no daña el esmalte”.
Además, consideran que las limpiezas dentales “son una de las armas terapéuticas fundamentales en el mantenimiento de la salud bucodental”.
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