Expertos reunidos en la 52a. Reunión Anual de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition, ESPGHAN) presentan hoy una investigación que muestra que los niveles más elevados de los productos finales de glicación avanzada (AGE), encontrados en abundancia en la comida chatarra, están asociados con la alergia alimentaria en niños.
Investigadores de la Universidad de Nápoles ‘Federico II’ estudiaron tres grupos de niños de entre 6 y12 años: quienes padecen alergias alimentarias, quienes padecen alergias respiratorias y grupos testigo de personas sanas. Encontraron una correlación significativa entre niveles subcutáneos de AGE y el consumo de comida chatarra, y además, que los niños con alergias alimentarias tenían niveles más elevados de AGE que los niños con alergias respiratorias o sin alergias. El equipo de investigación también encontró pruebas convincentes relacionadas con el mecanismo de acción obtenido por AGE en la determinación de alergia alimentaria.
Los AGE son proteínas o lípidos que se convierten en glicados luego de la exposición a azúcares y que están presentes a altos niveles en la comida chatarra, derivados de azúcares, alimentos procesados, alimentos cocinados en el microondas y comidas asadas o preparadas a la parrilla. Se sabe que los AGE desempeñan un papel en el desarrollo de la diabetes, la aterosclerosis y los trastornos neurológicos, pero es esta la primera vez que se determina una asociación entre los AGE y la alergia alimentaria.
Cada vez hay más pruebas de que la prevalencia de alergia alimentaria está aumentando, especialmente entre los niños pequeños. Se sabe que la incidencia llega al 10% en algunos países. Del mismo modo, ha habido un aumento drástico en el consumo de alimentos altamente procesados, que totalizan hasta un 50% de la ingesta diaria total energética en los países europeos.
Roberto Berni Canani, el investigador principal, dijo:
«Los modelos existentes de alergia alimentaria no explican el drástico incremento observado en los últimos años, por lo que los AGE dietéticos pudieran ser el eslabón perdido. Necesitamos más investigación para confirmar esto, reforzando la necesidad de que los gobiernos deben mejorar las intervenciones en salud pública para restringir el consumo de comida chatarra en niños».
Isabel Proaño de la Federación Europea de Asociaciones de Pacientes con Alergia y Enfermedades de las Vías Respiratorias, agregó:
«Los profesionales de la salud y los pacientes no tienen acceso a todo el conocimiento necesario para enfrentar una enfermedad que afecta drásticamente su calidad de vida, y el procesamiento industrializado de alimentos y los vacíos en etiquetado no ayudan. Hacemos un llamado a las autoridades de la salud pública para que posibiliten una mejora en la prevención y en el cuidado de la alergia alimentaria».
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