Un buen número de medicinas que se recetan habitualmente en Estados Unidos podrían incrementar el riesgo de padecer depresión, de acuerdo con un estudio publicado el martes en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
Este descubrimiento llega solo unos días después de las sonadas muertes del chef y presentador Anthony Bourdain y de la diseñadora Kate Spade y de la publicación de un informe de los CDC que indica que entre 1999 y 2016 la tasa de suicidios aumentó en casi un 30% en este país.
La nueva investigación se basó en las respuestas de 26,000 personas de 18 años o más, consumidores de al menos un medicamento y que participaron en un sondeo de salud a nivel nacional que incluía preguntas sobre su salud mental y uso de medicamentos entre 2005 y 2014. El estudio encontró que el 37% de esas medicinas cuentan entre sus efectos secundarios la depresión y los pensamientos suicidas.
Los efectos de algunos de estos medicamentos, como los beta bloqueadores o betabloqueantes (un producto que se usa para tratar los trastornos del ritmo cardíaco, entre otras cosas) o interferones (que se usan para tratar la esclerosis múltiple) son muy conocidos. Pero los autores del estudio se sorprendieron ante el elevado número de medicamentos en esta lista (más de 200) que tienen la depresión como efecto secundario no deseado, desde las píldoras anticonceptivas hasta los corticosteroides, las pastillas para el reflujo gástrico, algunas pastillas para las alergias y contra el dolor. Algunos de ellos no necesitan receta médica.
“Ha sido sorprendente y preocupante ver cuántas medicinas incluyen síntomas depresivos o pensamientos suicidas como efectos secundarios, dada la tasa de depresión y suicidios que padece el país”, dijo Dima Mazen Qato, profesora de la Universidad de Illinois en Chicago y directora del estudio.
Qato reconoció que quedan muchas preguntas por resolver en torno a este asunto y que el estudio apunta a una correlación, no una relación causa-efecto. Esto quiere decir que los investigadores no han probado que el uso de estos medicamentos sea la causa del malestar en una persona que antes no lo padecía. Lo que sí que vieron, dijo Qato, es «una preocupante tendencia: cuantas más medicaciones con efectos secundarios tomes de forma concurrente, más alto el riesgo de depresión».
Entre los pacientes que utilizan una medicina que podría causar depresión (pero que no tomaban ningún medicamento específico para tratar esta dolencia) el 6.9% recibió un diagnóstico de depresión. Entre los pacientes que toman tres o más medicinas que tienen la depresión como efecto secundario, este porcentaje se incrementa hasta un 15.3%. Se estima que el porcentaje de adultos en la población general que sufren de depresión es del 4.7%.
Por otra parte, a lo largo de la elaboración del estudio los investigadores también observaron que la proporción de adultos que toman al menos una medicina que incluye los pensamientos suicidas como efecto secundario se incrementó, desde un 17% al comienzo del estudio hasta un 24% al final.
De acuerdo con el informe publicado la semana pasada por los CDC, el suicidio es la segunda causa de muerte en EEUU en las personas de entre 15 y 34 años. El método más común para quitarse la vida es con el uso de armas de fuego.
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