El deporte, la mejor arma contra la artrosis

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Numerosos estudios han relacionado las actividades deportivas con el desarrollo de artrosis. Sin embargo, la práctica habitual de ‘footing’ (correr con velocidad moderada al aire libre) no sólo podría prevenir el desarrollo de artrosis sino también el desgaste propio de las articulaciones.

Así lo indica un estudio presentado por Jim Fries, profesor de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, durante una reunión científica sobre artrosis celebrada en Sorrento, Italia.

La investigación contó con la participación de 538 corredores y 423 no deportistas que formaron el grupo de control, con una edad media de 58 años. Los participantes fueron sometidos a exámenes médicos anuales durante un periodo de 13 años en los que se evaluaron las discapacidades, dolor, osteoporosis y signos radiológicos de progresión de la artrosis.

Discapacidad

Al finalizar el estudio, el 20 por ciento de los no deportistas sufría alguna discapacidad frente al 5 por ciento del grupo de corredores. “Si bien no se apreciaron diferencias entre sexos en el grupo de deportistas, entre los no corredores las mujeres tenían una probabilidad mucho mayor de presentar alguna discapacidad con el paso del tiempo”, ha explicado Fries.

Según los datos, correr retrasó en 12,8 años el desarrollo de alguna incapacidad y el desgaste de las articulaciones. Además, los corredores mostraron una mayor densidad ósea que los no deportistas.

En cuanto a la relación entre deporte y desarrollo de artrosis, Fries ha aclarado que “el deporte por sí mismo no es una causa de artrosis. Son las lesiones las que actúan como un factor de riesgo especial”.

Evitar desgarros

De ahí la importancia de evitar los deportes en los que pueden ser habituales los desgarros en las articulaciones. “Estos aceleran el desarrollo de artrosis, especialmente en la rodilla. En todo el mundo la causa más frecuente es el fútbol, pero incluso los bailarines corren el riesgo de desarrollar la enfermedad, sobre todo en la base del dedo gordo del pie”.

En el caso de los corredores, los que realizan estiramientos y evitan el sobreesfuerzo no suelen desarrollar artrosis, aunque algunos factores como los pies planos, la debilidad de los cuádriceps y la displasia de cadera pueden predisponer a desarrollarla.

La aparición de la artrosis depende de la frecuencia, intensidad y duración de la actividad física. No obstante, las anomalías anatómicas o de alineación articular, la debilidad muscular o el sobrepeso también la favorecen. Ante estos signos de alarma es necesario mantener o mejorar la fuerza y el tono muscular con el fin de evitar lesiones.

Entre los deportes relacionados con las lesiones y el desarrollo de artrosis se encuentran los siguientes:

  • Fútbol: Algunos estudios lo relacionan con el riesgo de artrosis de rodilla y cadera, especialmente en el caso de los futbolistas profesionales. En este deporte son habituales las lesiones de rodilla. Según indica un estudio realizado en exjugadores, al menos un tercio de los deportistas estudiados sufría artrosis en una de sus articulaciones.
  • Rugby: Un estudio inicial publicado en la revista científica British Journal of Sports Medicine mostró un alto riesgo de lesiones, especialmente de hombro y rodilla en los jugadores de rugby.
  • Carreras de larga distancia: Los datos resultan ambiguos, ya que algunos estudios la asocian con un riesgo elevado de artrosis de rodilla y cadera, mientras que otras investigaciones niegan tal relación. De hecho, el trabajo presentado por Fries indica que correr retrasa el momento de aparición una incapacidad.
  • Tenis: Un trabajo realizado en jugadoras de tenis profesionales mostró un riesgo elevado de artrosis de cadera y rodilla.
  • Otros deportes: Entre los deportes relacionados con un mayor riesgo de desarrollar artrosis también se encuentran el golf no profesional (hombro); escalada (dedos); hockey sobre hielo (rodilla); esquí nórdico (rodilla); halterofilia de alta competición (rodilla), y fútbol australiano profesional (rodilla). No obstante, en la lista podrían incluirse otras prácticas como la gimnasia, el ballet o la equitación.

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