Orzuelos: los factores que aumentan el riesgo de inflamación del párpado

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Si bien muchos desaparecen espontáneamente o mejoran con un tratamiento simple, existe un potencial peligro en casos donde se hacen crónicos.

A veces, y sin causa aparente, una inflamación similar a una pequeña picadura crece en los párpados: se trata de los orzuelos, una de las enfermedades más comunes de esa parte del ojo.

“Consisten en un aumento de volumen localizado que corresponde a una glándula sebácea anexa inflamada cerca de donde nacen las pestañas, de coloración rojiza y generalmente doloroso», explica el doctor Pablo Romero, oftalmólogo de Clínica Alemana.

En general, los orzuelos no son peligrosos y muchos de ellos desaparecen espontáneamente, incluso sin intervención, en tanto, otros mejoran con un tratamiento simple. Sin embargo, existe un potencial peligro en aquellos casos en que se hacen crónicos, así como los que se tratan quirúrgicamente y vuelven a crecer.

¿Cuáles son los síntomas de un orzuelo?

  • Un bulto rojo en el párpado, parecido a un grano o una espinilla.
  • Dolor en el párpado, que es mayor cuando se palpar la zona inflamada.
  • Hinchazón de uno o ambos párpados (superior e inferior). Incluso, en las etapas iniciales se puede inflamar la piel de la mejilla cercana al párpado inferior.
  • Lagrimeo.

¿Por qué se producen los orzuelos?

Las causas de los orzuelos son múltiples. En el caso de aquellos que crecen a nivel interno, por lo general, son causados por bacterias de la piel como el Staphylococcus aureus que infectan las glándulas sebáceas anexas de la dermis de los párpados. Estos casos son parecidos a una foliculits o inflamación e infección del folículo piloso –tal como ocurre en las “espinillas”- y tienden a presentarse en el borde del párpado presentando una punta amarilla. En su mayoría, los trastornos de este tipo se resuelven de manera espontánea.

Por su parte, en los orzuelos internos puede existir una predisposición del paciente a tener una mayor cantidad de secreción sebácea en el borde de sus párpados (Blefaritis) o bien una mala calidad de ésta, lo que produce obstrucción y acumulación de contenido de las glándulas de Meibomio, provocando su disfunción.

Pueden ser múltiples, presentándose en uno o ambos ojos al mismo tiempo, o en diferentes momentos, especialmente en las personas que tienen predisposición o enfermedades asociadas.

Si bien afecta a todos los grupos etarios, en los niños son bastante frecuentes y pueden presentarse de forma múltiple en ambos ojos dificultando su tratamiento. A la inversa, su frecuencia se reduce en las edades extremas, como en los adultos mayores y niños pequeños.

Factores de riesgo que favorecen la aparición de orzuelos

Existe un mayor riesgo de padecer un orzuelo si:

  • Se tocan los ojos con las manos sucias. Para esto, se recomienda lavarse varias veces al día con agua tibia y jabón, o usar un desinfectante con base de alcohol.
  • Se colocan lentes de contacto sin desinfectarlos a fondo. Es necesario seguir los consejos de higiene del médico, al igual que lavarse las manos antes de la manipulación.
  • No quitarse el maquillaje de los ojos antes de acostarte.
  • Compartir los cosméticos con otras personas, o bien usar productos cosméticos viejos o vencidos. Desecharlos reduce el riesgo de infecciones oculares recurrentes.
  • Se padece Blefaritis, una inflamación crónica en el borde del párpado. El cuidado de esta condición requiere seguir las instrucciones que dicte el médico.
  • Se tiene Rosácea, enfermedad de la piel caracterizada por enrojecimiento facial.
  • Ha existido presencia de un orzuelo anterior. En estos casos, la aplicación regular de compresas tibias puede ayudar a prevenir que regrese.

Tipos de orzuelos

Existen dos tipos. Cuando son externos, se relacionan con la inflamación del folículo piloso de la pestaña (glándulas de Zeis) y se observan en la piel de los párpados, a veces, como un pequeño absceso, el que puede romperse y drenar su contenido, dejando una pequeña costra.

En tanto, cuando son internos corresponden a la inflamación de las glándulas más «profundas» y posteriores del párpado -glándulas de Meibomio- que son muy importantes en la formación de las lágrimas. Estos orzuelos pueden romperse y liberar su contenido hacia la parte posterior del párpado en contacto con el ojo.

El especialista asegura que suelen ser dolorosos, especialmente a la palpación, pero una vez que ceden los signos inflamatorios “pueden ser totalmente asintomáticos, excepto por su aspecto».

Tratamiento de los orzuelos

La duración de los orzuelos es variable, y va desde un par de días -especialmente si se inicia el tratamiento precozmente- hasta varios meses. En este último caso, la inflamación cede y se vuelve blanquecino hasta transformarse en un ‘chalazión’, lesión no dolorosa que se observa como un pequeño quiste en los párpados.

El manejo de los orzuelos depende de la causa y del tipo. Generalmente, la prevención consiste en las medidas para mantener una higiene palpebral adecuada; es decir, conservar el margen de los párpados limpios, para lo cual existen productos comerciales específicos. «Sin embargo, una medida muy simple y efectiva es preparar una solución con 200 cc. de agua hervida y 2 gotas de baby shampoo, para frotar y limpiar suavemente el borde de los párpados 3 a 4 veces por semana, de manera de evitar el exceso de secreción sebácea” aconseja el doctor Romero, quien recuerda que la higiene palpebral es de extrema utilidad para prevenir la aparición de orzuelos en las personas con condiciones predisponentes como blefaritis crónica.

Asimismo, se recomienda usar compresas húmedas tibias sobre el orzuelo durante unos 15 minutos, varias veces al día, hasta que la inflamación desaparezca. El oftalmólogo advierte que por ningún motivo se debe apretar ni frotar el orzuelo. Si lo anterior no es suficiente, o la protuberancia es de gran tamaño, se suelen adicionar ungüentos antibióticos para el ojo que ayudan a detener la infección.

En los casos seleccionados, y sólo bajo estricta prescripción por parte del oftalmólogo, es necesario agregar corticoides locales para las lesiones muy inflamadas.

Cuando hay casos severos, con propagación de la inflamación al párpado o cara (celulitis), se requiere usar antibióticos orales o endovenosos (principalmente en pacientes niños). También, se hace indispensable administrar estos medicamentos en los casos de blefaritis seborreica o estafilocócicas rebeldes al tratamiento local.

Los orzuelos que no responden a las medidas anteriores después de tres o cuatro semanas de tratamiento, pueden requerir cirugía para vaciar su contenido. Esto ocurre rara vez en su fase aguda y, con más frecuencia en la fase crónica.

El oftalmólogo asegura que si el orzuelo se presenta en forma ocasional durante la vida no se puede prevenir. «Sin embargo, las personas que tienen Blefaritis, o cualquiera de las otras condiciones que predisponen a su aparición, deben mantener una higiene palpebral adecuada y tratarse precozmente, al primer síntoma que pudiera indicar el desarrollo de un orzuelo para impedir que siga creciendo”, detalla.

De la misma manera, recomienda que las personas que tienen acné y rosácea “deben mantener bien controladas estas patologías con el fin de disminuir la aparición de orzuelos”.

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