La Dra. Magda Carlas, experta en nutrición, propone el “Decálogo para cuidarse en verano”
Mientras que los expertos recomiendan destinar 30 minutos al desayuno, lo hacemos en un máximo de 20 y, en muchos casos, el tiempo se reduce a cinco minutos. El verano nos brinda oportunidades excepcionales para dejar atrás nuestro «estilo de vida Excel» y cuidarnos para seguir haciéndolo el resto del año.
¿Te has preguntado por qué la mayoría de alimentos procesados son blandos?
No es casualidad que la industria alimentaria apueste cada vez más por alimentos fáciles de ingerir, que requieren de menos tiempo de masticación y, como consecuencia, su consumo sea superior. Mientras esta tendencia crece, el consejo de la abuela “mastica bien” va en descenso; muy a pesar de que los estudios científicos demuestran los beneficios de masticar para el organismo. Pues, cuanto más tiempo y, ahí está la clave, un alimento permanece en el paladar, más se activa todo nuestro espectro sensorial.
La Dra. Magda Carlas, quien señala que “hoy en día engullimos, en lugar de comer” propone el “Decálogo para cuidarse en verano”, cinco consejos fáciles para redescubrir hábitos alimenticios tan básicos como el de masticar.
Las 5 claves del “Decálogo para cuidarse en verano”
1- Duerme, disfruta de la naturaleza y muévete más
Aprovecha el verano y las vacaciones para dormir. Está demostrado que cuando duermes poco, comes más; y, a la inversa. Estos meses del año dispones de más tiempo para disfrutar de la montaña o del mar y para moverte más, claves para sentirse mejor con uno mismo.
2- Socializa, come despacio y destierra la palabra “harto”
Siempre que puedas, evita comer solo; piensa en el tiempo que destinas a cada comida; y, por supuesto, destierra de tu vocabulario el término “harto”. Recuerda que tras cada ingesta no debes buscar la sensación de estar harto, sino de sentirte sin hambre, algo muy distinto.
3- Añade texturas, mastica y endulza sin azúcar
Acompañar los alimentos de texturas como la del pistacho americano no solo te permitirá disfrutar más de la comida, sino que se ralentizará tu ingesta, el efecto saciante será mayor y se reducirá tu apetito. Un consejo: cuanto más diversas sean las texturas, mejor. Así, al añadir más textura a la comida, masticarás más; y, con ello, contribuirás a oxigenar y a relajar tu organismo; a aplacar el estrés; y a conseguir un mayor bienestar y una correcta salud bucodental. Otra clave es endulzar las comidas sin azúcar. Añadir fruta desecada aportará a tus ingestas un sabor dulce sin necesidad de azúcar.
4- Reduce el tamaño del plato, invierte el orden de los platos y apuesta por el plato único
Pon en práctica el truco de servir los alimentos en platos más pequeños para reducir la cantidad de la ingesta. Otro consejo es empezar por el segundo plato, el de mayor aporte proteico; y, en caso de quedarte con hambre, siempre podrás pedir un primero. Si sales de viaje puedes recurrir a la proteína completa de origen vegetal del pistacho americano. Muy importante es tener en cuenta que a partir de los 40, no es necesario tomar dos platos en cada ingesta.
5- Bebe agua antes de la ingesta e infusiones con hielo de postre
Tomar un vaso de agua antes que ninguna otra bebida como paso previo a la ingesta, saciará la sed. Además de su efecto saciante, el agua mantiene hidratada la dermis y la prepara para tomar el sol en esta época del año. De postre, aprovecha que es verano para tomar infusiones con hielo. Recuerda que una infusión es agua con sabor que te terminará de saciar.
Artículos Relacionados: