El científico mexicano del Weizmann que tendrá su laboratorio propio

"Me encanta hacer ciencia aquí", aseguró el biólogo mexicano Alejandro Aguilera Castrejón, quien llegó al Weizmann desde la UNAM para hacer historia en el terreno del estudio del desarrollo embrionario Por - -

Emexicano Alejandro Aguilera Castrejón llegó con una beca a Israel para estudiar e investigar en el Instituto Weizmann, y al poco tiempo ya estaba dejando su marca en la historia de la ciencia. Ahora, el futuro le tiene preparado un laboratorio propio.

«Elegí estudiar biología porque me interesaba la variedad de la fauna de mi país, sin saber que podía convertirme en investigador -contó Alejandro-. Nadie en mi familia o círculo social era científico, y muy pocas de las personas que conocía fueron a la universidad, así que me metí por casualidad».

Los comentarios de Aguilera aparecieron en un largo hilo de Twitter que le dedicó el Weizmann, el prestigioso instituto de Rehovot, pocos kilómetros al sur de Tel Aviv, considerado entre los mejores del mundo.

Pero no es la primera vez que el joven científico mexicano es objeto de una entrevista o centro de atención: Alejandro participó de un experimento revolucionario en Israel, cuyos detalles se dieron a conocer a principios del 2021.

mexicano Weizmann
Alejandro, de rojo en el centro, junto al resto del equipo del profesor Hanna (Foto: Instituto Weizmann)

En aquel momento se informó que un equipo del Weizmann había logrado cultivar embriones de ratón fuera del útero, un asombroso logro que rápidamente abrió un debate en el mundo de la ciencia y entre los medios de comunicación.

«Mucha gente me pregunta sobre las implicaciones en humanos» del experimento, le decía Alejandro a la revista mexicana Expansión en abril del 2021, «pero eso la verdad está muy lejos de lo que el estudio realmente es».

Un futuro laboratorio

Ahora, en el hilo de Twitter, Aguilera confesó que su «sueño era trabajar con animales en la selva», y que «recién descubrí mi interés por el desarrollo embrionario hacia el final de mi licenciatura».

Luego Aguilera recordó que hace seis años que está en el Weizmann, donde es estudiante de doctorado en el laboratorio del profesor Jacob Hanna, en el Departamento de Genética Molecular que estudia el desarrollo embrionario y donde se registró el experimento del 2021.

En el Weizmann «me quedé porque me encanta hacer ciencia aquí», reconoció, aunque dejó entrever también que extraña algunas cosas de su México natal: Israel «y sus ciudades son muy pequeñas en comparación con el lugar de donde vengo».

De todas maneras, eso «me da tiempo para trabajar sin distracciones y concentrarme en la ciencia», admitió Alejandro, originario de Ecatepec y biólogo egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

¿Y el futuro? El científico mexicano del Weizmann dijo que recibió, y aceptó, «una excitante oferta para establecer mi propio laboratorio, después de mi doctorado, en el Instituto de Investigación Médica Howard Hughes», en el campus Janelia, en el estado norteamericano de Virginia.

Nadie tiene dudas de cuál será su campo de investigación. «Quiero dedicar mi vida al estudio del desarrollo embrionario», confirmó Alejandro.

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