El pasado 10 de enero se hizo historia cuando se trasplantó con éxito el corazón de un cerdo a un hombre de 57 años en un hospital de Maryland, en Estados Unidos. Esta semana, Marc Güell, investigador del Laboratorio de Biología Sintética Traslacional de la Universidad Pompeu Fabra, habló con la cadena de noticias CNN para explicar cómo se logró el primer trasplante de un corazón de cerdo a humano mediante la modificación genética del porcino.
La hazaña ocurrió debido al caso de David Bennet, un hombre que llevaba postrado en cama por meses tras padecer una arritmia que lo llevó a ser candidato para una operación experimental que consistió en trasplantar el corazón genéticamente modificado de un cerdo a su cuerpo.
A pesar de los riesgos, la cirugía nunca antes hecha fue la única opción para tratar de salvar la vida de Bennet, quien fue rechazado por varios hospitales para un trasplante convencional debido a su delicado estado de salud. Él mismo reconoció que las posibilidades de éxito eran pocas pero que «era morir o hacer este trasplante y quiero vivir.»
El trasplante fue autorizado semanas antes por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos y fue realizado por el cirujano Bartley Griffith quien calificó a la cirugía como revolucionaria y como una gran alternativa para solucionar la escasez de órganos para donación.
¿Cómo se logró el primer trasplante de un corazón de cerdo a humano?
Para lograr con éxito el trasplante de un corazón de cerdo a humano era imperativo modificar los genes del animal a fin de que el organismo humano no rechazara el agente externo. Marc Güell explica que el porcino era sumamente sofisticado pues le habían hecho ya hasta 10 modificaciones genéticas al eliminar de su genoma 4 genes y agregar otros 6.
El propósito de dicha modificación fue remover la anomalía genómica entre ambas especies, es decir, se removieron los genes del cerdo que no son propios de los humanos y se le añadieron genes humanos para intentar que el sistema inmune se familiarizara más fácil con el agente externo y que la sangre humana pudiera fluir mejor por el corazón del cerdo.
Güell explica que para realizar una modificación genética se deben tomar células de la oreja, por poner un ejemplo. Dichas células del cerdo, llamadas fibroblastos, se modifican hasta obtener una célula que tenga todos los cambios genéticos necesarios, recordemos que en el caso del trasplante fueron 10 genes modificados.
El paso siguiente es extraer el núcleo de la nueva célula y añadirlo a un óvulo para poder crear un embrión que se implantará en una hembra de cerdo para procrear cerdos transgénicos de los que se utilizarán los órganos necesarios, en este caso fue el corazón. De tal forma que todos los cerdos que nazcan serán transgénicos cuyas células tendrán las modificaciones genéticas mencionadas con anterioridad.
Modificación genética: el futuro de la donación de órganos
Las modificaciones genéticas en especies animales buscan ser una alternativa de tratamiento para las personas que padecen una enfermedad cuya gravedad amerita un trasplante de órganos. Y es que, la donación de órganos es un procedimiento médico sumamente difícil de conseguir ya que no hay suficientes donaciones para poder cumplir con la demanda actual.
Sin embargo, hay investigadores que llevan años buscando cultivar órganos en cerdos que sean aptos para poder utilizarse en un trasplante como el de David Bennet. Además del corazón, la investigación busca cultivar órganos como los riñones, los pulmones e hígados para surtir la demanda actual de trasplantes.
De hecho, el pasado octubre un hospital de Nueva York logró trasplantar temporalmente el riñón de un cerdo modificado genéticamente a un humano.
Un solo donador de órganos puede ayudar a mejorar la calidad de vida de hasta 100 personas. En México, la tasa de donación de órganos fue de 4.5 por cada millón de habitantes en 2017; sin embargo es una cifra muy baja si se toma en cuenta que existen más de 21, 500 personas en lista de espera. Otro gran problema es que menos del 10% de las muertes en el país ocurren por muerte cerebral, que es el tipo de fallecimiento del que se puede obtener la mayoría de los órganos y tejidos viables para trasplantar.
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