Ganar tiempo al coronavirus es clave y, gracias a la investigación, se están logrando numerosos avances. Uno de los puntos sobre los que los científicos trabajan con más ahínco, aparte por supuesto de encontrar vacunas y antivirales, son los test de diagnóstico con los que frenar los posibles brotes.
A mediados de septiembre salió a la luz una nueva esperanza para detectar la infección a tiempo: los tests rápidos de antígenos, capaces de diagnosticar el virus desde el inicio del contagio con la misma fiabilidad que las PCR y en sólo quince minutos.
Desde Quirónprevención, compañía de prevención de riesgos laborales del grupo Quirónsalud que ya ha comenzado a comercializar estos nuevos tests en todos sus centros, destacan que su puesta en circulación facilitará una más ágil toma de decisiones a nivel individual y colectivo. Por ejemplo, si queremos ir a un concierto o nuestro hijo tiene síntomas, en 15 minutos sabremos si hay infección por Covid-19.
¿Cómo funcionan?
Detectando una proteína del virus para determinar si alguien está actualmente infectado. La toma de muestra es nasofaríngea y no es necesario acudir en ayunas. «Debido a que las pruebas de antígenos proporcionan información esencial en un momento del ciclo de la infección en el que las personas corren el mayor riesgo de propagar la enfermedad, dichas pruebas pueden ser una herramienta potente para frenar la propagación de la infección», destacan desde Quirónprevención, añadiendo que «presenta unos resultados de sensibilidad de 98,2%, y una especificidad mayor de 99% en pacientes sintomáticos con 5 o menos días de evolución, y una sensibilidad de 93,3% en pacientes con 7 días o menos de evolución. Además, los datos de los estudios sugieren que en asintomáticos la sensibilidad también podría ser alta»,
Su fiabilidad está contrastada por diversos organismos internacionales como la FDA de EE UU o el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III en el caso de España; logrando el reconocido ‘marcado CE’ que tanto miramos en las mascarillas.
Ahora bien, ¿cuál es la prueba que más se ajusta a mi situación? Desde Quirónprevención consideran necesario ponerse en manos expertas a la hora de elegir la prueba adecuada y, advierten, además, de que erróneamente se tiende a pensar que hay unas pruebas mejores que otras. «Esto no es así porque son diferentes y dependerá de la situación en la que nos encontremos en un determinado momento, o de qué y cómo queramos estudiar o analizar», detallan, exponiendo algunos supuestos que tener en cuenta:
Si queremos saber si hemos pasado la infección se han de realizar pruebas que determinen la presencia de anticuerpos (la presencia de anticuerpos IgG indica infección pasada) y para ello pueden hacerse los test rápidos o serología ELISA/CLIA.
Si queremos saber si en una población determinada hay presencia de casos sintomáticos o asintomáticos que puedan suponer una situación de brote o un riesgo de contagio social tenemos dos opciones. Por un lado, hacer PCR (o test antigénicos) o, por otro lado, hacer tests serológicos y realizar PCR sólo a aquellos individuos que tengan anticuerpos IgM (aquellos que actúan durante la infección) sin haber desarrollado todavía anticuerpos IgG (que indicarían que ya se ha superado esa infección).
Si lo que buscamos es saber qué grado de protección tiene una población determinada, debemos hacer pruebas serológicas y determinar qué porcentaje de población tiene anticuerpos IgG.
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