Un estudio nuevo, publicado en la revista Clinical Chemistry de la AACC, muestra que una nueva prueba para las proteínas virales del SARS-CoV-2 conocidas como antígenos podría determinar qué pacientes con COVID-19 tienen más probabilidades de enfermarse críticamente, lo que permite a los hospitales garantizar que estos pacientes tengan acceso a cuidados intensivos.
Aproximadamente el 20% de los pacientes con COVID-19 requieren hospitalización y alrededor del 5% terminan en la UCI, y la mayoría de los que están en cuidados intensivos también requieren ventiladores. Por lo tanto, los hospitales deben reservar un número adecuado de camas de UCI y ventiladores para estos pacientes. Con la mayoría de las camas de la UCI ocupadas actualmente, saber qué pacientes de COVID están en riesgo de deterioro podría ayudar a los sistemas de salud a asignar mejor estos recursos esenciales. La identificación de los pacientes que pueden sufrir una enfermedad grave también es especialmente crucial en las comunidades de bajos ingresos, porque casi la mitad de estas comunidades no tienen camas de UCI. Esto significa que los médicos de estas áreas deben identificar a los pacientes en riesgo de deterioro temprano para poder transferirlos a hospitales mejor equipados lo más rápido posible.
Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard (Boston, MA, EUA) y el Hospital Brigham and Women (Boston, MA, EUA), desarrollaron una prueba que podría identificar a los pacientes que probablemente necesiten cuidados intensivos. Conocida como la prueba del antígeno SARS-CoV-2 de Molécula Única (Simoa), es la primera prueba que detecta y mide los niveles sanguíneos de S1, una proteína que forma parte de la envoltura viral del SARS-CoV-2.
Después de desarrollar la prueba, los investigadores evaluaron su desempeño en 64 pacientes que dieron positivo para COVID-19 a través de una prueba de PCR de diagnóstico estándar para el virus. De estos pacientes, 23 tenían concentraciones indetectables de S1, otros 23 tenían concentraciones bajas (6-50 pg/mL) y 18 pacientes tenían concentraciones altas (> 50 pg/mL). Significativamente, los investigadores encontraron una fuerte conexión entre las concentraciones de S1 y los ingresos a la UCI. El 77% de los pacientes con altas concentraciones ingresaron en la UCI y requirieron intubación en un plazo de un día de su presentación en el hospital. En comparación, solo el 52% y el 30% de los pacientes con concentraciones bajas e indetectables, respectivamente, requirieron cuidados intensivos.
“Estos resultados sugieren que las concentraciones altas de S1 en plasma al momento de la presentación en el hospital se correlacionan con casos severos de COVID-19, que pueden resultar en insuficiencia respiratoria y requieren intubación inmediata”, dijo David R. Walt, PhD, quien dirigió el estudio. “Los casos graves de COVID-19 con síndrome de dificultad respiratoria aguda pueden provocar daños en las células endoteliales y fugas vasculares y proponemos que este daño puede conducir a la descarga de antígenos virales en la sangre”.
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