Luego de la aparición de los primeros casos de coronavirus en Wuhan, China a finales del año 2019, el mundo experimentó lo que podría conocerse como la gran pesadilla.
Y es que esta terrible enfermedad ha afectado más de 7.9 millones de personas y cobrado la vida de más de 435.000 en todo el mundo, por lo que muchos países han tomado decisiones drásticas, como el cierre de sus fronteras y prohibición de vuelos, así como la medida de cuarentena obligatoria para intentar frenar el avance del virus.
Otra forma de combatir el terrible COVID-19, es el lavado constante de las manos, mantener el distanciamiento social y el uso de mascarillas o tapabocas.
Ante la difícil situación, expertos han advertido que el fin del confinamiento puede llevar a nuevas restricciones, tal como lo explicó el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesu, resaltando que “aunque la situación esté mejorando en Europa, a nivel global está empeorando”.
El tapabocas como barrera ante el virus
Aunque hasta los momentos no exista una vacuna ni una medicina efectiva contra el coronavirus, un estudio reciente realizado por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, se evidenció que las mascarillas o tapabocas pueden ser muy útiles para evitar una creciente ola de contagios y reactivar la economía.
Dicha investigación afirmó que el uso masivo de mascarillas disminuye la propagación de la enfermedad y que cuando se combina con medidas de confinamiento “previene futuras oleadas del virus”.
Asimismo, se indicó que las máscaras de tela hechas en casa, que tienen una efectividad limitada, pueden reducir “dramáticamente” la tasa de transmisión si las usa un suficiente número de personas.
“Nuestros análisis respaldan la adopción inmediata y universal de máscaras faciales por parte del público”, dijo en un comunicado Richard Stutt, investigador de epidemiología en la Universidad de Cambridge y coautor del estudio.
Cabe destacar que el coronavirus se transmite a través de las gotas en el aire que exhalan las personas contagiadas, especialmente al hablar, toser o estornudar, por lo que las mascarillas se convierten en una excelente barrera para impedir que el virus ingrese a las vías respiratorias.
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