Durante los últimos meses hemos sido testigos de un hecho sin precedentes: la primera gran pandemia de este nuevo siglo. Si bien nuestros antepasados han vivido, y sobrevivido, a este tipo de fenómenos, también es cierto que las noticias del día a día pueden llegar a ser abrumadoras y hasta deprimentes.
En este texto quiero poner esta epidemia en contexto y, de lo posible, recobrar las buenas noticias que nos auguran un futuro esperanzador.
En CADENA creemos en la capacidad de adaptación del homo sapiens: hemos visto casos de ciudades densas como Hong Kong o países como Taiwán que, a pesar de estar tan cerca del epicentro, se han mantenido fuera del foco rojo de la infección gracias a su experiencia previa con el SARS, en 2002. Podemos y debemos aprender.
El historiador Yuval Noah Harari ha mencionado que es frente a esta crisis el mundo tiene dos opciones: a vuelta hacia el nacionalismo y las fronteras cerradas o el reforzamiento de lazos solidarios, más allá de las fronteras.
Por supuesto, como agencia humanitaria internacional, en CADENA optamos por afrontar la crisis como una sola humanidad. Creemos fervientemente en la solidaridad humana, más allá de fronteras lingüísticas, culturales, étnicas, o religiosas.
En ese sentido lamentamos el retiro de fondos a organismos globales y creemos que es indispensable mantener las alianzas internacionales fruto de la catastrófica experiencia de la Segunda Guerra Mundial. Este tipo de alianzas permiten que el material médico de protección no se vuelva un producto escaso que se venda al mejor postor, sino un bien a ser administrado estratégicamente y con vistas a la salud pública.
En este espíritu de solidaridad, vemos con buenos ojos el hecho de que Ursula von der Leyen, la directora de la Unión Europea reconociera que Italia tuvo que enfrentar la crisis sola durante el principio de la pandemia. Creemos que este es un ejemplo de solidaridad internacional que pone la pauta de cómo debemos de concebir la enfermedad: como un fenómeno global.
Pero más allá de las muestras de solidaridad nacionales, creemos, como señala el mismo Harari, que lo que distingue a nuestra especie es la capacidad de comunicarse y con ello, la capacidad de establecer lazos más allá del grupo familiar. La cooperación es un instinto de sobrevivencia: más allá de la fuerza o el poder, los que han superado los retos evolutivos e históricos han sido aquellos que han sabido cooperar.
Hoy es el momento para estrechar esos lazos. Todos tenemos gremios a los que pertenecemos, ya sea una comunidad de fe, un equipo de deporte, un grupo con un hobby o nuestros compañeros de trabajo. Los incito a que contacten a estos conocidos, que les pregunten si necesitan ayuda. Es solo creando ecosistemas de ayuda mutua que se logra construir resiliencia.
Más allá de esto, les comparto algunas buenas noticias que nos brindarán esperanza en estos tiempos inciertos:
–Nueva Zelanda puede ser que regrese a operar normalmente: el país ha demostrado que se puede no sólo aplanar la curva de contagio sino también eliminarlo por completo, gracias a una serie de medidas estrictas para evitar la propagación.
–Alemania, Dinamarca y Austria reabren pequeños negocios: gracias a su manejo de la crisis, estos países han decidido durante la última semana reabrir lentamente negocios pequeños y algunas escuelas.
–Las primeras pruebas de una vacuna se está desarrollando en Estados Unidos, Israel y otros países. De hecho, una vacuna contra la tuberculosis, desarrollada hace un siglo, podría ayudar a reforzar el sistema inmunológico.
—La cuarentena ha acabado en Wuhan, el epicentro de la pandemia: a pesar de todo, la ciudad pasó por lo peor y ahora está regresando poco a poco a la normalidad.
Queda mucho por hacer, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, mencionó hace algunos días que lo peor de la pandemia está por llegar.
Sabemos que en África, Asia y Latinoamérica la gran mayoría se encuentra en condiciones poco alentadoras para afrontar esta realidad. Aun así, en CADENA seguiremos trabajando incansablemente para tenderles la mano y proyectar en conjunto un futuro prometedor para la humanidad.
Abramos las puertas de la cooperación y el mutualismo, solo así afrontaremos este enorme desafío.
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