Durante años, los adultos mayores han confiado en los quiroprácticos para aliviarles sus dolores, pero se sabe poco de esto en el uso cotidiano, y si la quiropráctica puede ser benéfica para el cuidado rutinario de los ancianos. Nuevas investigaciones muestran que la quiropráctica no solo es útil para el dolor de espalda de los adultos mayores, sino que también puede protegerlos contra mayores limitaciones en sus actividades diarias.
El Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics analizó datos de un estudio a nivel nacional realizado por los centros de Medicare y Medicare Services, llamado Recursos y dinámica de la salud entre los ancianos (por sus siglas en inglés: AHEAD).
1,057 pacientes de Medicare con dolor de espalda fueron identificados para incluirlos en el estudio AHEAD, que incluía análisis estadístico de estudios con pacientes realizados entre 1995 y 2006. A los pacientes se les preguntó sobre su salud en general, su capacidad para completar las actividades de la vida diaria y la función de la parte baja de su cuerpo. Las actividades incluían cosas como subir escaleras e ir a comprar alimentos. Los investigadores analizaron los registros médicos para ver quién había recibido tratamiento médico y quién quiropráctico en episodios de dolor de espalda durante ese periodo de 11 años.
Los investigadores encontraron que en los pacientes quiroprácticos era menos probable que sus actividades o movimiento en la parte baja del cuerpo hubieran disminuido que en los pacientes que solo recibieron tratamiento médico. Esto significaba que era menos probable que los pacientes quiroprácticos tuvieran declives significativos al reportar su propia salud. La atención quiropráctica parecía haberlos protegido contra la creciente incapacidad de la edad.
El estudio agrega que investigaciones anteriores muestran que la quiropráctica es segura para ancianos con dolor de espalda o cuello, y ofrece un alivio sustancial en enfermedades de la columna, hernias de disco y artritis. La vejez causa que los discos de la columna se colapsen y deshidraten, haciendo a la persona más susceptible a las lesiones en la espalda, como discos inflamados o nervios pellizcados. Al igual que ver a un dentista dos veces al año ayuda a evitar las enfermedades de las encías y las caries, ver a un quiropráctico para revisiones periódicas puede asegurar que la columna esté en buena forma para evitar esa clase de lesiones y torceduras.
Referencia
Weigal, et al. The comparative effect of episodes of chiropractic and medical treatment on the health of older adults. Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics 2014; pii: S0161-4754(14)00032-3. doi: 10.1016/j.jmpt.2013.12.009.
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