Ante las polémicas declaraciones del locutor de radio Javier Cárdenas desde su programa en Europa FM, Levántate y Cárdenas, en el que hace un alegato de los peligros que entraña vacunar a los niños por su supuesta vinculación con el autismo, desde Autismo España queremos, una vez más, contribuir a la difusión de una información fiable al respecto.
En el mencionado programa, el locutor de radio y presentador de televisión, alega un vínculo entre la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) y el autismo.
“el autismo se ha convertido en una epidemia. Para que veas hasta qué punto algo se está haciendo mal. Seguro. Desde un punto de vista de vacunas, como muchos sostienen esta teoría y es una teoría apoyada en hechos importantes; que tienen metales pesados que los niños no saben absorber, que sus cuerpos no saben absorber. O por la razón que sea. Pero en Estados Unidos han aumentado un 78% en los últimos diez años. ¡Un casi 80% de los casos de autismo! Y obviamente no han aumentado de casualidad”.
Las vacunas no causan autismo
En este sentido, desde Autismo España queremos incidir en el siguiente mensaje:
“En los últimos años se han llevado a cabo muchas investigaciones para determinar si existe alguna relación entre la vacunación y una mayor prevalencia de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). Los estudios se han centrado especialmente en los posibles efectos de la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) y en aquellas que han utilizado el componente timerosal como conservante. Después del desarrollo de numerosos trabajos de investigación a gran escala y a nivel internacional, actualmente la comunidad médica y científica de todo el mundo apoya de forma unánime la conclusión de que no existe evidencia que relacione la vacunación y el desarrollo de los TEA.
Es más, con el paso de los años se ha demostrado que los estudios originales desarrollados por el Dr. Andrew Wakefield que establecían esa posible conexión carecían de rigor científico y que estaban falseados. Asimismo, una sentencia emitida en 2010 por el Consejo General Médico de Gran Bretaña retiró la licencia para ejercer la medicina de este facultativo en Reino Unido por mala práctica profesional y conducta poco ética. Inmediatamente después la prestigiosa publicación británica The Lancet, responsable de la publicación original del trabajo de Wakefield, emitió una rectificación retirando el artículo y retractándose de su publicación”.
Los medios deben hacer una divulgación responsable de la investigación científica
No obstante, y a pesar de los posicionamientos sostenidos por organismos y entidades de prestigio internacional en el ámbito de la investigación y de la salud, aún se mantienen las voces y comunicaciones que apoyan esta supuesta relación causal entre vacunas y TEA, como es el caso de las declaraciones a las que hacemos referencia en este artículo.
En este sentido es necesario destacar el importante papel que tienen los profesionales de los medios de comunicación en la difusión del conocimiento, y la gran responsabilidad que deben asumir sobre el mensaje que transmiten en relación a este tipo de trastornos.
Es absolutamente necesaria la difusión de información fiable y contrastada, evitando contenidos llamativos pero poco rigurosos o que incluso contradicen la evidencia científica disponible sobre los TEA.
Incremento de la prevalencia
En cuanto al incremento del número de personas con TEA, no sabemos con seguridad el número de casos que existen en España, ya que no contamos con estudios poblacionales ni censos oficiales.
Lo que sí sabemos es que en los últimos años se ha constatado un aumento considerable de los casos detectados y diagnosticados que se debe, entre otros, a una mayor precisión de los procedimientos e instrumentos de diagnóstico, a la mejora en el conocimiento y la formación de los profesionales, o ciertamente, a un aumento real de la incidencia de este tipo de trastornos.
Por ello, manejamos las cifras de estudios epidemiológicos realizados en Europa, que apuntan una prevalencia de aproximadamente 1 caso de TEA por cada 100 nacimientos (Autism-Europe aisbl 2015). En estudios recientes realizados en EEUU- CDC, 2012- los datos son de 1 por cada 88.
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