La dieta mediterránea, muy aclamada por nutricionistas y expertos en salud por sus beneficios para reducir los riesgos de enfermedad cardíaca y colesterol alto, ahora descubrió tener un efecto significativo en la forma en que el cuerpo almacena grasa, incluso en el hígado y el corazón.
Un nuevo estudio israelí realizado por la Universidad Ben-Gurion del Negev (BGU), en colaboración con el Centro de Investigación Nuclear Dimona y el Centro Médico de la Universidad Soroka en Israel, la Universidad de Harvard y la Universidad de Leipzig en Alemania, encontró que la dieta frutas y verduras, pescado, aceite de oliva, nueces y legumbres: pueden ayudar a reducir la cantidad de depósitos de grasa en el cuerpo, incluso cuando la pérdida de peso se haya estabilizado.
El estudio, denominado “MRI Central”, siguió a 278 adultos sedentarios durante un período de 18 meses en un lugar de trabajo aislado, explicó el Centro de Investigación Nuclear Dimona, BGU, en un comunicado. A los participantes se les proporcionó un almuerzo controlado pero aleatorizado que era bajo en grasa o bajo en carbohidratos del Mediterráneo (Med-LC), con o sin un entrenamiento moderado y supervisado tres veces a la semana.
Luego, los investigadores utilizaron la tecnología de imágenes MRI para controlar los efectos sobre los depósitos de grasa. Las exploraciones se tomaron a los 6 meses y a los 18 meses cuando concluyó el ensayo.
El estudio encontró que la dieta mediterránea era esencial para mejorar el estado cardio-metabólico y revertir la aterosclerosis carotídea, un bloqueo de una de las dos principales arterias causadas por la placa, compuesta por colesterol, grasa, desechos celulares, proteínas y calcio.
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