El 3% de la población no tiene que esperar al calor para sudar en exceso porque sufre hiperhidrosis, un problema que puede ocultar otro aún mayor.
En alerta. La mayoría de los casos de hiperhidrosis se dan en personas sanas, pero hay un porcentaje que responde a una enfermedad oculta. «Tras una hiperhidrosis pueden esconderse trastornos endocrinos, diabetes o incluso tumores. Cuando el origen es una enfermedad, la sudoración suele producirse de forma mantenida en el tiempo y acompañarse de otros síntomas, como pérdida de peso», explica la dra. Mayte Truchuelo, del Instituto Dermatológico de Vithas Internacional.
Múltiples motivos. Sufrir una infección crónica (como la tuberculosis), ser diabético, tener trastornos en el tiroides como el hipotirodismo o padecer insuficiencia cardíaca pueden ser los causantes de una hiperhidrosis secundaria.
En la menopausia
El climaterio no es una enfermedad, pero también puede motivar sudoración excesiva. «Lo más efectivo en este caso son las infiltraciones de toxina botulínica diluida en las zonas afectadas y combinarlas con tratamientos orales para bloquear el exceso de acetilcolina, una molécula implicada en la sudoración», afirma la experta.
Artículos Relacionados: