El uso de quimioterapia en la fase inicial de cáncer de seno ha disminuido en los últimos años a discreción de los médicos, que consideran que puede hacer más daño que beneficio, según estudio de la Universidad de Stanford. La investigación, publicada hoy en la revista científica del Instituto Nacional del Cáncer, de la escuela de Medicina de esa universidad, analizó las historias clínicas de cerca de 3.000 mujeres con cáncer de seno en etapa temprana.
«Para pacientes con etapas iniciales de cáncer de seno, hemos visto una disminución significativa del uso de quimioterapia en los últimos años», afirmó la profesora Allison Kurian, directora del estudio.
«Esto refleja un cambio en la cultura de la práctica médica y una tendencia a usar la biología de los tumores como guía para opciones en el tratamiento, en lugar de apoyarse solamente en medidas clínicas», precisó Kurian.
Entre 2013 y 2015 se redujo de 34,5 % a 21,3 % el uso de la quimioterapia entre los participantes en la investigación, al igual que disminuyó de 44,9 % a 31,6 % la recomendación de los médicos para utilizarla.
«Creemos que el estudio muestra que los médicos están intentando ser más selectivos en sus recomendaciones para evitar la toxicidad a los pacientes cuando sea posible», explicó Kurian.
Los investigadores analizaron los datos de 5.080 mujeres tratadas en etapas tempranas de cáncer de seno entre 2013 y 2015.
De este grupo, seleccionaron 2.926 pacientes en las dos primeras etapas de cáncer de seno que fueron favorables a la «expresión del receptor de estrógeno», un indicador utilizado frecuentemente para determinar el tratamiento.
El grupo analizado en el estudio, que se realizó conjuntamente con la Universidad de Michigan, también había mostrado reacción negativa a la expresión del receptor de crecimiento de la piel, otro indicador para decidir un tratamiento.
«Nuestro estudio muestra cómo el cáncer de seno es un modelo de la forma como los doctores han manejado los avances en la medicina personalizada en el consultorio para reducir los tratamientos excesivos», anotó Steven Katz, profesor de medicina de la Universidad de Michigan.
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