Los trastornos neurológicos afectan a unos siete millones de españoles. Estos trastornos son enfermedades del sistema nervioso central y periférico, es decir, del cerebro, la médula espinal, los nervios craneales y periféricos, el sistema nervioso autónomo, las raíces nerviosas, la placa neuromuscular y los músculos.
Existen más de 600 enfermedades neurológicas, entras las que se encuentran:
- Enfermedades debidas a genes defectuosos, como podrían ser la distrofia muscular o la enfermedad de Huntington.
- Enfermedades degenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson.
- Enfermedades de los vasos sanguíneos que abastecen el cerebro, como podrían ser los derrames cerebrales.
- Debido a problemas en el desarrollo del sistema nervioso, como la espina bífida.
- A causa de lesiones en el cerebro o la médula espinal.
- Trastornos convulsivos, como sería el caso de la epilepsia.
- Tumores cerebrales, a causa del cáncer.
- Infecciones, como la meningitis.
Pronóstico de la enfermedad
El pronóstico de la enfermedad puede variar significativamente según la enfermedad concreta, aunque suele ser de cierta gravedad. En el caso de las enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como el Alzheimer, pueden llegar a ser bastante serias, ya que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Asimismo puede pasar con las enfermedades por genes defectuosos, aunque un diagnóstico rápido puede ser fundamental para evolución más favorable.
En el caso de trastornos convulsivos, como la epilepsia, el pronóstico suele ser mejor. Un paciente con epilepsia puede hacer desaparecer los efectos durante el tratamiento, aunque este puede requerir varios años.
Otros casos como las hemorragias cerebrales también tienen una gravedad elevada, ya que puede implicar riesgo de mortalidad. En el caso de los tumores cerebrales se define como enfermedad grave de pronóstico reservado, ya que puede variar según el caso
Síntomas de los trastornos neurológicos
Los síntomas de los trastornos neurológicos dependerán según la enfermedad concreta. Pueden producir tanto un exceso como un déficit de actividad neuronal en cualquier sistema del organismo. Algunos de los síntomas que se pueden identificar son:
- Dolor de cabeza
- Pérdida de fuerza o adormecimiento de una extremidad
- Mareos
- Desmayos y pérdida de consciencia
- Problemas de memoria
- Dificultades cognitivas
- Problemas de habla
- Problemas de visión
- Temblores, espasmos, contracciones involuntarias
Pruebas médicas para los trastornos neurológicos
Las pruebas médicas pueden variar según la afectación que tenga el paciente. Existen múltiples pruebas para evaluar el estado del sistema nervioso, que son más útiles según qué se quiera inspeccionar. Cabe destacar las siguientes:
- Electroencefalograma: resulta especialmente útil en tumores cerebrales o inflamaciones cerebrales o de la médula, por ejemplo.
- Angiografía cerebral: sirve para localizar irregularidades vasculares en el cerebro. Pueden ser obstrucciones en los vasos sanguíneos o ictus, entre otros.
- Tomografía computarizada: muy eficaz en la detección de epilepsia, tumores o quistes cerebrales, daño cerebral por lesión, etc.
- Resonancia magnética: esta revela al médico los detalles de órganos, tejidos, nervios y huesos.
- Punción lumbar: para obtener muestras de líquido cefalorraquídeo y así comprobar la existencia de sangrados o hemorragias cerebrales.
¿Cuáles son las causas de los trastornos neurológicos?
Las causas son distintas en función del trastorno. Se desconocen los motivos de varias enfermedades neurológicas aunque el factor hereditario puede ser clave, como es el caso de algunas enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la enfermedad de Huntington.
Los traumatismos o lesiones cerebrales también pueden ser la consecuencia de múltiples trastornos, como podría ser el caso del Parkinson, una hemorragia cerebral o la epilepsia.
Por otro lado, hay trastornos que se originan en el mismo cuerpo, como sucede con los tumores cerebrales.
¿Se puede prevenir?
En varios casos los trastornos neurológicos son difíciles de prevenir, especialmente cuando son debidos a factores hereditarios. En cualquier caso, hay varias medidas que podemos seguir para reducir el riesgo:
- Mantener el cerebro y la mente sanos, realizando actividades que estimulen la actividad cerebral.
- Hacer alguna actividad física de manera regular.
- Evitar la incomunicación o el aislamiento social, mediante relaciones sociales y afectivas.
- Tener hábitos de vida saludables, evitando el consumo de alcohol, tabaco y drogas.
- Dormir un mínimo de 8 horas diarias.
- Tener una dieta equilibrada.
- Proteger el cerebro y evitar lesiones cerebrales, utilizando la protección necesaria en la carretera o en actividades de riesgo.
- Evitar factores de riesgo como la hipertensión arterial, el alto colesterol, el estrés, el agotamiento, obesidad, diabetes, etc.
Tratamientos para los trastornos neurológicos
El objetivo de la mayoría de tratamientos neurológicos es paliar los síntomas y, si es posible, conseguir la curación del paciente.
Existen múltiples tratamientos para los trastornos neurológicos, que varían en función de la patología diagnosticada. Es habitual que el tratamiento principal consista en la neurorrehabilitación, que tiene por objetivo restituir, minimizar o compensar los déficits funcionales que pueda tener el paciente, siempre en la medida de lo posible.
Los tratamientos pretenden una atención neurológica integral para mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufran alguno de estos trastornos, para que tengan la mayor autonomía posible.
En todos los trastornos neurológicos es vital un diagnóstico precoz, para que el especialista pueda establecer el tratamiento más adecuado en cada caso.
¿Qué especialista lo trata?
Para tratar los trastornos neurológicos debemos acudir a un especialista en Neurología. Puedes encontrar al especialista que más se adecúe a tus necesidades en el cuadro médico de Top Doctors.
Artículos Relacionados: