Cierto día en 1788, estudiantes de la Escuela de Medicina Hunteriana de Londres, abrieron un cadáver y descubrieron algo sorprendente: la anatomía del hombre muerto era una imagen insólita, su hígado estaba en su lado izquierdo en vez del derecho y su corazón en el lado derecho, no el izquierdo.
Desde entonces, en la comunidad científica se originó un debate sobre el origen del posicionamiento de los órganos dentro del cuerpo, que más de dos siglos después, sigue siendo tema de discusión. Pero recientemente, un grupo de científicos del Instituto de Neurociencias de Alicante en España, un ente mixto del Concejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Miguel Hernández, ha realizado un estudio con el que logran explicar el mecanismo que provoca que el corazón esté ubicado en el lado izquierdo del cuerpo.
Mientras se desarrolla el embrión, todos los órganos se encuentran en el centro del cuerpo, pero un complejo sistema de empaquetamiento hace que se ubiquen en diferentes lugares, por ejemplo, el bazo y el corazón a la izquierda y el hígado a la derecha.
La Dra. Ángela Nieto, líder del grupo de investigadores que realizó el estudio, explica que la asimetría que se presenta en la localización del corazón, se origina cuando el órgano recién se forma en el embrión, y señala: “Hasta ahora se ha aceptado que la asimetría en el desplazamiento del corazón hacia la izquierda se origina porque, una vez que se ha formado el órgano, comienzan a llegar células desde izquierda y derecha, y mecanismos de señalización en el lado izquierdo, reprimen las células del lado derecho”.
Pero los investigadores evidenciaron la existencia de un mecanismo adicional: genes que tenían una mayor expresión en el lado derecho, lo cual provoca un incremento en el flujo de células que genera una fuerza de empuje del órganocardiaco hacia el lado izquierdo del cuerpo.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron minuciosas observaciones en embriones de pollo. Para confirmar el hallazgo, estudiaron la formación de embriones en peces cebra y en ratones. De este modo se recopiló una irrefutable evidencia de que el mecanismo se conserva en distintas especies de vertebrados y que muy probablemente era extrapolable a los seres humanos.
El Dr. Óscar Ócaña, coautor del estudio comenta: “En nuestra investigación, al inhibir la función de estos genes, impidiendo los movimientos de las células al corazón, pudimos comprobar que en las tres especies estudiadas, la ubicación del órgano se mantenía en el centro del cuerpo.”
Los autores del estudio concluyen que una vez formado el primordio del corazón, se incorporan a él, más células desde la derecha del embrión, provocando una fuerza de empuje de derecha a izquierda, que genera su desplazamiento asimétrico.
Artículos Relacionados: