Científicos estadounidenses han dado un gran paso para combatir el cáncer de cerebro gracias a una vacuna desarrollada a partir de tumores extirpados del mismo cáncer que logra aumentar en un año la esperanza de vida de los pacientes.
El tratamiento resultó exitoso para el Glioblastoma Multiforme, un tipo de cáncer de cerebro que ha causado la muerte del 98 por ciento de los enfermos aquejados de este mal durante los últimos cinco años.
Un equipo liderado por el doctor Andrew Parsa de la Universidad de California, en San Francisco, explicó que tradicionalmente el glioblastoma es tratado mediante la quimio o la radioterapia, así como la intervención quirúrgica que sólo elimina los efectos de la enfermedad -los tumores-, sin curar la causa del cáncer.
Por esa razón, incluso después de someterse a este tratamiento los pacientes no viven mucho tiempo.
El grupo de científicos usó tumores extirpados de 40 pacientes con glioblastoma como fuentes de unas proteínas específicas que se generan cuando el organismo experimenta temperaturas elevadas, inflamaciones u otros factores negativos, así, explciaron la posibilidad de prolongar la vida de los pacientes.
Tras inocular esta proteína en la vacuna llamada HSPPC-96 las investigaciones finalizaron con una respuesta exitosa del sistema inmunológico contra los tumores cancerosos.
En comparación con los 80 pacientes que fueron tratados con métodos estándar, la esperanza de vida de las personas a las que se les suministró además la vacuna aumentó como promedio en varios meses y, en determinados casos, hasta en más de un año tras la operación.
Aún cuando significa un avance, los médicos no consideraron los resultados de “estimulantes”, pues el objetivo es encontrar una cura que logre eliminar el cáncer de cerebro. Es por ello que los científicos confían en la posibilidad de dar nuevos pasos en la lucha contra la enfermedad.
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