El hábito de quedarse dormido viendo Netflix o navegar con el celular antes de acostarse puede afectar negativamente la calidad del sueño.
Investigadores israelíes descubrieron que las longitudes de onda azules -que son beneficiosas durante las horas de luz del día porque aumentan la atención y el estado de ánimo- afectan negativamente la duración e incluso la calidad del sueño.
Dirigido por la Universidad de Haifa de Israel y la Clínica del Sueño Assuta, el estudio también encontró que ver pantallas que emiten luz roja o cálida no causa daño y que el sueño después de la exposición a ellas es similar al sueño normal.
“La luz emitida por la mayoría de las pantallas -computadoras, teléfonos inteligentes y tablets- es luz azul y daña los ciclos del cuerpo y nuestro sueño”, explicó el profesor Abraham Haim de la Universidad de Haifa, uno de los autores del estudio. “La solución debe ser el uso de los filtros existentes que impiden la emisión de esta luz.”
Esta nueva investigación es otra prueba más de que ver las pantallas antes de ir a dormir daña el sueño, después de estudios anteriores que llegaron a conclusiones similares. Se ha encontrado que la exposición a la luz azul con longitudes de onda de 450-500 nanómetros suprime la producción de melatonina, una hormona secretada por la noche que está conectada con los ciclos normales del cuerpo y el sueño.
Los investigadores del nuevo estudio, sin embargo, trataron de examinar si hay alguna diferencia en los patrones de sueño después de la exposición a la luz de la pantalla azul en comparación con la luz roja antes de dormir. Diecinueve personas sanas de entre 20 y 29 años participaron en el experimento.
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