El Accidente Cerebral Vascular (ACV) es la 2ª causa de muerte en el mundo occidental y primera causa de discapacidad permanente en adultos, debido a esto, su importancia es alta para la salud pública mundial. En 2015 causó la muerte de 6.7 millones de personas y tuvo una mortalidad mundial de 11.9 por ciento”, señaló el doctor Jonathan Isaí Colin Luna, neurólogo clínico, vascular, y académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En el marco del Día Mundial del ACV, el pasado 29 de octubre se realizó la 18° Conferencia sobre Ciencias Básicas, organizada por la Coordinación de Comunicación Social de la Facultad, en la que el ponente habló acerca del impacto que genera esta enfermedad también conocida como Evento Vascular Cerebral y más técnicamente como Infarto Cerebral Agudo. “En México, ocupa la 7ª causa de muerte, la 9ª en hombres y la 5ª en mujeres”, indicó.
Durante la actividad transmitida por Facebook Live y YouTube, el experto señaló con respecto al ACV que su incidencia aumenta con la edad y se duplica cada década después de los 55 años, lo que la ha convertido en la primera causa de atención neurológica en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). “Un tema reciente que también interfiere con una atención adecuada, organizada y oportuna es el nihilismo terapéutico que, en países en desarrollo como México, está muy presente”, afirmó.
El experto resaltó la información científica que demuestra que, en las primeras 4.5 horas, el tratamiento trombolítico del ACV tiene mayor probabilidad de curar o recuperar al paciente, con un excelente resultado en las capacidades físicas. “El activador del plasminógeno tisular recombinante (rtPA en inglés) promueve el cambio a plasmina, que es la enzima primaria que genera la lisis del coágulo que provoca el ACV”, recordó.
En ese sentido, el panelista aseguró que, para poder realizar el tratamiento oportuno de esta enfermedad, se debe educar a la población para reconocer sus manifestaciones clínicas y acudir lo antes posible al centro de salud más cercano. Sin embargo, los síntomas son sutiles en comparación con un infarto de miocardio. “Desviación lateral de la boca, dificultad para hablar y debilidad de una o las dos extremidades de un solo lado son datos altamente sugestivos de un ACV”, puntualizó.
La primera hora después del inicio de los síntomas es crucial para recibir el tratamiento y evitar secuelas graves, sin embargo, según el especialista esto no se cumple en la gran mayoría de los casos por la poca disponibilidad de los recursos para su manejo óptimo. Respecto a esto, se ha tomado como ejemplo la forma de atender la enfermedad en otros países como Estados Unidos, en donde existen unidades móviles encargadas de trasladarse a donde se encuentre el paciente para ser atendido inmediatamente.
“Sin embargo, los pacientes que llegan a urgencias dentro de la primera o segunda hora de evolución y más, se ven beneficiados de la atención oportuna con base en la historia clínica, estudios de imagen, de laboratorio, y la escala prehospitalaria DALE (D: debilidad facial, A: aflojar el brazo, L: lenguaje alterado y E: entrar en contacto con el servicio de emergencias)”, comentó el expositor.
El académico también habló sobre cómo el uso de estas herramientas diagnósticas ayuda a determinar si un paciente es candidato a trombólisis intravenosa, el tratamiento de un ACV isquémico. Debido a esto, existen criterios de seguridad que deben considerarse para decidir la administración del trombolítico, y algunos casos con alteraciones leves pueden ser tratados debido a la afectación en su vida laboral o social. Además, existen condiciones especiales a considerar, por ejemplo, el embarazo, así como momentos clave de vigilancia una vez aplicada la terapia.
“Gracias a estos esfuerzos, surge el programa ‘Código Cerebro’ en México, que fue inaugurado por el IMSS el 29 de julio de 2022 y busca reducir significativamente la discapacidad y las muertes que produce la enfermedad. Este programa también contempla que cada hospital cuente con un mapa de gestión del código, la creación de un área de responsabilidad y que al cumplir con estos requisitos pueda certificarse dicho centro de salud”, aclaró el responsable de dicho programa.
El doctor Colin Luna expuso una serie de fotografías en las que se muestra su participación en la gestión del programa en las distintas sedes del IMSS a través de capacitaciones, congresos, evaluaciones y cursos. El neurólogo finalizó su presentación con la frase: “Tiempo es cerebro, organización es más cerebro; Salud Pública es cerebro, Medicina es más cerebro”.
Artículos Relacionados: