Las principales enfermedades del sistema urinario son:
1. Infección urinaria
La infección urinaria corresponde a la proliferación de un microorganismo, bacteria o hongo en cualquier parte del sistema urinario, causando síntomas como dolor, molestias y sensación de ardor al orinar, por ejemplo.
En la mayoría de los casos, los síntomas de la infección surgen debido al desequilibrio de la microbiota en la región genital, causado por el estrés o la falta de higiene, por ejemplo.
Cómo tratar: el tratamiento de la infección urinaria lo realiza el urólogo y generalmente implica el uso de antibióticos para eliminar las bacterias que están causando la infección, además de medicamentos para aliviar los síntomas, como analgésicos o antiespasmódicos.
Vea en el siguiente video cómo debe ser la dieta para curar y evitar la infección urinaria:
2. Cistitis
La cistitis es el tipo más común de infección urinaria que afecta la vejiga, causando síntomas como orina turbia, dolor abdominal, sensación de peso en la parte inferior del abdomen, fiebre leve y persistente, y sensación de ardor al orinar.
La cistitis es más común en mujeres que en hombres, debido a la longitud más corta de la uretra, lo que favorece la migración de bacterias del tracto urinario o del intestino a la vejiga, como la Escherichia coli, por ejemplo.
Las principales causas de la cistitis son una higiene íntima deficiente, contacto íntimo sin el uso de preservativos, uso de espermicidas o catéter urinario, embarazo o incluso cálculos renales.
Cómo tratar: se debe seguir el tratamiento indicado por el urólogo o ginecólogo, quienes pueden recetar antibióticos como fosfomicina, ciprofloxacino o amoxicilina, por ejemplo, para eliminar las bacterias y aliviar los síntomas.
3. Uretritis
La uretritis es otro tipo de infección urinaria, pero afecta la uretra, que es el conducto por donde se elimina la orina, causando síntomas como frecuente urgencia para orinar, dolor o ardor al orinar y secreción de color amarillo.
Este tipo de enfermedad del sistema urinario generalmente es causado por infecciones de transmisión sexual, como clamidia, gonorrea, tricomoniasis o herpes, por ejemplo, pero también puede surgir debido a traumatismos o irritaciones en la uretra.
Cómo tratar: el tratamiento generalmente implica el uso de antibióticos recetados por el urólogo o ginecólogo, como amoxicilina, eritromicina, ceftriaxona, azitromicina o metronidazol, por ejemplo, lo que varía según el microorganismo causante de la infección.
4. Nefritis
La nefritis es un tipo más grave de infección urinaria que ocurre cuando el agente infeccioso alcanza los riñones, causando inflamación de los glomérulos renales.
Este tipo de infección lleva a la aparición de síntomas como urgencia para orinar, pero en pequeñas cantidades, orina turbia y con olor fuerte, presencia de sangre en la orina, dolor abdominal y fiebre.
Cómo tratar: el tratamiento de la nefritis lo realiza el nefrólogo, generalmente con hospitalización y el uso de antibióticos administrados directamente en la vena. En casos más graves, puede desarrollarse lesión renal, anteriormente conocida como insuficiencia renal, y puede ser necesario recurrir a la hemodiálisis.
5. Insuficiencia renal
La insuficiencia renal, también conocida como fallo renal, es la pérdida de la capacidad del riñón para filtrar la sangre y eliminar toxinas del cuerpo, lo que provoca que estas se acumulen en la sangre.
Esta condición puede dar lugar a enfermedades como el aumento de la presión arterial y la acidosis sanguínea, lo que lleva a la aparición de algunos síntomas característicos como falta de aire, palpitaciones y desorientación, por ejemplo.
Cómo tratar: cuando la insuficiencia renal es identificada luego de que surgen los primeros síntomas, es posible revertirla mediante el uso de medicamentos indicados por el urólogo o nefrólogo y por medio de cambios en los hábitos alimentarios, con el objetivo de evitar la sobrecarga renal.
Asimismo, en ciertas ocasiones puede recomendarse la realización de hemodiálisis para que la sangre sea filtrada y las sustancias acumuladas sean removidas.
6. Enfermedad renal crónica
La enfermedad renal crónica, también llamada ERC o insuficiencia renal crónica, es la pérdida progresiva de las funciones del riñón, la cual no ocasiona el surgimiento de signos ni síntomas que indiquen la disminución de las mismas, siendo notada solo cuando el riñón ya se encuentra casi sin función.
Los síntomas de ERC son más frecuentes en personas de edad avanzada, hipertensas, diabéticas o con antecedentes familiares de ERC, surgiendo cuando la enfermedad ya se encuentra en una fase adelantada. La persona puede presentar hinchazón en los pies, debilidad, orina con espuma, comezón en el cuerpo, calambres y pérdida del apetito sin causa aparente, por ejemplo.
Cómo tratar: el tratamiento de la ERC es realizado, en los casos más graves, mediante hemodiálisis, con el objetivo de remover sustancias que se encuentran en exceso en la sangre y que no fueron debidamente eliminadas por los riñones. Además, puede recomendarse por el médico el uso de ciertos medicamentos y cambios en la dieta para evitar la sobrecarga renal.
7. Cálculos renales
Las piedras en los riñones, también llamadas cálculos renales, se forman cuando se generan cristales de calcio, estruvita, ácido úrico o cistina, causando un dolor intenso en la espalda cuando se desplazan hacia la vejiga y la uretra, o cuando son demasiado grandes y quedan atrapadas en los riñones.
Por lo general, el cólico renal causado por las piedras se acompaña de otros síntomas, como náuseas, vómitos, dolor en la ingle o presencia de sangre en la orina.
Las piedras en los riñones suelen ser causadas por factores genéticos, una dieta rica en sodio u oxalatos, la ingesta insuficiente de agua o infecciones urinarias recurrentes, por ejemplo.
Cómo tratar: el tratamiento para los cálculos renales puede variar de acuerdo con la intensidad de los síntomas y el tamaño y la localización de las piedras, lo cual es verificado por medio de un examen de imagen. En ciertos casos, el médico puede recomendar el uso de medicamentos para aliviar los dolores y facilitar la eliminación de la piedra. No obstante, cuando la piedra es grande o está obstruyendo la uretra o el uréter, por ejemplo, puede recomendarse la realización de una pequeña cirugía para que la misma sea eliminada.
En todos los casos, es importante beber bastante agua y tener ciertos cuidados con la alimentación, pues de esa manera, además de tratar la piedra ya existente, previene el surgimiento de otras.
8. Incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria se caracteriza por la pérdida involuntaria de la orina, que puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres, independientemente de la edad.
La incontinencia urinaria puede surgir debido al aumento de la presión en la vejiga, lo que es más frecuente en el embarazo, o debido a alteraciones en las estructuras musculares que sustentan el suelo pélvico.
Cómo tratar: en esos caos, la recomendación es que sean realizados ejercicios para fortalecer la musculatura pélvica y evitar la pérdida involuntaria de la orina. Asimismo, en los casos más graves puede ser indicado el uso de medicamentos o cirugía.
9. Vejiga neurogénica
La vejiga neurogénica es la incapacidad de controlar la vejiga o el esfínter uretral interno, que se encuentra en el cuello de la vejiga, lo que resulta en síntomas como incontinencia urinaria, sensación de vaciado incompleto de la orina y, en muchos casos, dolor en la vejiga.
La vejiga neurogénica puede ser de tipo hipoactiva, en la que la vejiga no puede contraerse voluntariamente y acumula orina, o hiperactiva, en la que la vejiga se contrae con facilidad, causando urgencia para orinar en momentos inapropiados, siendo más común en las mujeres.
Cómo tratar: el tratamiento debe ser guiado por el urólogo según la causa y gravedad de los síntomas, pudiendo indicarse la realización de fisioterapia, el uso de medicamentos como oxibutinina o tolterodina, la colocación de una sonda vesical o, en algunos casos, cirugía.
10. Cáncer
Ciertos tipos de cáncer pueden afectar el sistema urinario, como ocurre en el cáncer de vejiga y de riñones, los cuales pueden surgir cuando se desarrollan células malignas en esos órganos o cuando los mismos son focos de metástasis.
De manera general, el cáncer de vejiga y de riñón causa síntomas como dolor y ardor al orinar, aumento de las ganas de orinar, cansancio excesivo, pérdida de apetito, presencia de sangre en la orina, surgimiento de masa en la región abdominal y pérdida de peso sin razón aparente.
Cómo tratar: el tratamiento debe ser indicado luego de identificado el tipo y el grado del cáncer, pudiendo ser indicada por el nefrólogo u oncólogo la realización de cirugía para remover el tumor, seguida de quimio, radio o inmunoterapia. En ciertos casos, cuando el riñón se encuentra muy perjudicado, también puede ser necesario llevar a cabo un trasplante renal.
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