Es de sobra conocido que el consumo de determinadas sustancias afecta a nuestra salud. Algunas de ellas son ilegales, otras están tan normalizadas que apenas somos conscientes del daño que pueden hacernos, como sucede con algunos alimentos concretos.
Así, no conviene excedernos con el consumo de azúcar, sobre todo porque se suma a los azúcares que nos somos conscientes de estar tomando; tampoco es buena idea pasarnos al poner sal en la comida, en este caso, podemos sustituirla por especias y hierbas aromáticas, descubriendo nuevos sabores.
El caso del alcohol es un poco diferente, pues todos sabemos que su consumo no es aconsejable, lo mejor es que este sea moderado e incluso reducirlo al mínimo posible, que es cero. Una sustancia que puede contribuir a minar nuestra salud y provocarnos problemas a largo plazo, sobre todo en el caso del consumo frecuente y excesivo.
Un consumo de alcohol excesivo puede provocarnos un aumento de la presión arterial, problemas cardiacos, digestivos o enfermedad del hígado. También dificultades en el aprendizaje y la memoria, y problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. Nuestras relaciones familiares y sociales pueden llegar a verse afectadas también.
Más allá de este tipo de problemas, el alcohol también puede causarnos otro tipo de trastornos, como aquellos relacionados con el sueño. Si bien se suele asociar el consumo de alcohol con la inhibición y la relajación, diferentes estudios científicos han recogido que, en realidad, un consumo habitual puede producir insomnio, por lo que tomar alcohol por la noche en busca de un sueño más placentero no es una buena idea.
El Instituto Europeo del Sueño (ESCI) revela que un frecuente consumo de bebidas alcohólicas afecta a nuestra capacidad de tener un sueño de calidad. Si bien, aseguran, nos quedamos dormidos más rápidamente, este sueño no nos proporcionará un descanso satisfactorio.
Para empezar, porque, por norma general, estas bebidas hacen que tengamos que ir al baño más veces, “El alcohol inhibe la liberación de la hormona antidiurética llamada vasopresina, el químico responsable de avisar a los riñones que reabsorban agua que, de otra manera seguiría hacia la vejiga”, explican en su página web. Esto hace que el bebedor tenga que despertarse para ir al baño y también aumenta la deshidratación, lo que produce molestos dolores de cabeza.
Además, el alcohol modifica los procesos químicos del cerebro que son necesarios para un sueño profundo. “Dormir de forma saludable implica transitar cada una de las fases que se van produciendo desde que nos acostamos hasta que nos sumergimos en el sueño REM, que nos permite despertar de forma óptima, mantenernos alerta y tener buena capacidad de aprendizaje”, revelan en su portal digital.
Así, la persona que bebe antes de dormir siente que se duerme más rápidamente, pero su sueño no será tan profundo ni tendrá la misma calidad que quienes no consumen estas sustancias. “Beber alcohol antes de acostarse puede contribuir a la supresión del sueño REM durante los dos primeros ciclos de sueño”, tal y como confirman desde la Asociación Panamericana de la Salud.
Trucos para dormir mejor
Parece claro que, quienes busquen tener un sueño de calidad y para ello tomen unas copas antes de dormir, están fracasando en su empeño. En la Clínica Mayo nos ayudan a dormir mejor, con unos consejos que podemos poner en práctica para desarrollar buenos hábitos de descanso.
Por ejemplo, es importante ceñirnos a un horario, acostarnos y levantarnos todos los días a la misma hora nos ayudará a descansar mejor. Es importante prestar atención a lo que comemos y bebemos, evitando la cafeína y, como ya es evidente, el alcohol, “aunque el alcohol puede hacer que te sientas somnoliento al comienzo, puede interrumpir el sueño más tarde en la noche”, confirman. Tampoco es buena idea acostarnos hambrientos o demasiado llenos.
Un poco de actividad física a lo largo del día puede ayudarnos a conseguir un mayor descanso por la noche, igual que evitar las siestas diurnas, sobre todo aquellas que son demasiado largas o se producen tarde. Mantener un buen ambiente en la habitación se convierte en esencial cuando nos cuesta dormir, es mejor que el dormitorio esté a oscuras, fresco y silencioso. Aunque suene complicado, evitar las preocupaciones es también esencial.
Pequeños consejos que pueden ayudarnos a descansar mejor y despertarnos por la mañana reconfortados y descansados, dispuestos a afrontar el día con energía y ganas, algo que no conseguimos cuando consumimos alcohol, que hace que nuestro sueño no sea reparador.
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