Nuestra alimentación influye, día a día, en nuestro organismo. Generalmente, tendemos a pensar que la comida que ingerimos solamente influye en órganos como el estómago, el intestino o el hígado, pero también es clave en aspectos como nuestro cabello. Una mala alimentación puede provocar que perdamos pelo a marchas forzadas.
El doctor Francisco Pilo, experto en medicina capilar, analiza en ‘ABC’ la influencia de una mala alimentación en la caída de la cabellera: “Las deficiencias nutricionales pueden afectar tanto en la estructura como en el grosor, el brillo y el crecimiento del cabello. Así, se observa una pérdida en la calidad y densidad de este pues se vuelve más fino, encrespado e, incluso, su ciclo vital se ve fuertemente afectado”.
Pilo añade que «el descenso de ciertas proteínas en nuestra dieta, así como la biotina o el zinc pueden producir una alteración severa del ciclo en el crecimiento del pelo. Además, esto puede provocar un aumento repentino en la caída de este, incluso a edades tempranas. Por ello, es importante mantener una dieta sana y equilibrada«.
Apuesta por la vitamina C
Francisco Pilo da las claves para mantener un régimen equilibrado y que el cabello se mantenga fuerte: “Lo importante, por encima de todo, es ser constante y mantener una dieta sana, con un correcto equilibrio entre grasas, hidratos de carbono, proteínas y minerales. Esto es más que es suficiente para que nuestra cabeza tenga el folículo piloso necesario. Así no se nos caerá el pelo”.
El consumo de vitamina C también es esencial para una buena salud en la cabeza. Por ello, conviene comer frutas que contengan esta sustancia como naranjas, kiwis, limones o fresas. En el caso de ser una persona vegana, es conveniente equilibrarla con el consumo de vitamina B12, presente en cereales o leches minerales enriquecidas.
Otro elemento importante es el hierro que transporte el oxígeno al folículo piloso y así se fortalezca la salud del pelo desde la raíz. La carencia de esta sustancia puede provocar una alopecia conocida como sideropénica o ferropénica. En ese momento, la sangre no tiene los niveles de hierro suficiente y el cabello se cae.
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