Los síntomas de la covid son muy variados y pocos específicos, puesto que coinciden con otras enfermedades respiratorias. Además, han ido cambiando a lo largo de la pandemia.
Con cada nueva variante se han hecho más habituales unos síntomas que otros.
La aparición de la variante ómicron no ha sido una excepción. Son pocos casos aún en Europa, pero por los enfermos analizados en Sudáfrica ya se han podido detectar algunas diferencias importantes.
LOS SÍNTOMAS DE LA VARIANTE ÓMICRON
Cabe destacar que la gran mayoría de casos “han tenido síntomas leves o moderados”, según ha explicado la doctora Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica.
Con ómicron se ven más casos de molestia de garganta y menos tos
Esta doctora fue la descubridora de la nueva variante. Fue la primera en pedir la secuenciación de los casos que estaba viendo, porque le extrañaban al no tener los síntomas habituales que más se habían relacionado con la covid hasta entonces.
Los síntomas que provoca la ómicron son:
- Dolor de cabeza. Algo que también se ha visto en un porcentaje importante de casos con las otra variantes.
- Molestia de garganta. “No es tanto dolor como que está un poco rasposa”, ha descrito la doctora Coetzee.
- Cansancio. “Una sensación de fatiga durante uno o dos días de un tipo diferente al que podemos detectar habitualmente.”
- Malestar general. Un síntoma muy inespecífico, dolor o molestias por todo el cuerpo, que se puede sumar a la jaqueca.
SÍNTOMAS QUE SON ALGO DIFERENTES
Otros síntomas han bajado mucho en frecuencia. Síntomas que hasta ahora relacionábamos con la covid y que servían a los médicos para sospechar en las primeras olas de la pandemia.
- El más significativo es la pérdida de olfato y gusto, muy evidente sobre todo con la variante alfa y algo menos habitual con la actual, la delta.
- La tos prácticamente ha desaparecido en los casos que se han visto en Sudáfrica de ómicron.
- La fiebre, que es una señal de activación de nuestros sistema inmunológico, no es tan común como en los enfermos de las otras variantes.
De todas formas, si algo nos ha enseñado la covid es que hay pocos síntomas que nos permitan descartarla por completo. Incluso en número más pequeño de pacientes, todos los síntomas mencionados pueden ser una señal de contagio.
Por tanto, la recomendación sigue siendo consultar al médico o hacer un test a la menor señal de malestar.
POR QUÉ DEBEMOS ESTAR MÁS ALERTA
Es el momento de extremar la precaución no porque ómicron sea más grave, sino por el mayor riesgo de transmisión que tiene, según todos los indicios.
Recuerda que a mayor número de contagiados, mayor riesgo de que acaben pacientes en el hospital. El que en Sudáfrica se hayan visto solo casos leves puede deberse a que es una población más joven. No debemos bajar la guardia. Es un aviso tanto para la población en general como para el personal sanitario.
Incluso con síntomas leves no hay que dudar en hacer un test para evitar males futuros
“Los médicos deben saber que no se van a encontrar con casos muy graves, pero que no duden en hacerles el test -advertía la doctora Coetzee-. Si van avisados, podremos frenar la expansión y tener menos casos graves en el futuro.”
- Aún no hay datos suficientes para saber si ómicron es más contagiosa o si esquiva mejor la protección de las vacunas.
Lo que sí sabemos es que en España, y en toda Europa, estamos en fase ascendente de casos, y si esperamos a confirmar seguro las sospechas, podríamos llegar tarde.
EL RIESGO DE REINFECCIÓN AUMENTA
Uno de los primeras advertencia de la Organización Mundial de la Salud es con la variante ómicron parece que hay más riesgos de reinfección entre los que ya pasaron la covid.
- Los primeros datos aportados por las autoridades sanitarias de Botsuana y Sudáfrica confirman esta sospecha.
Ómicron tiene varias mutaciones en la proteína de su superficie, la S, spike o espícula. Esta proteína es la que utiliza para entrar en la célula.
Los anticuerpos que creamos de manera natural con la infección o incentivados por la vacuna lo que hacen es detectar esta proteína S y ponerse delante para que no pueda entrar en la célula.
Si esa proteína ha cambiado mucho, como ha ocurrido con ómicron, los anticuerpos pueden no detectarla o al menos no con la eficacia necesaria. El resultado es que muchos más coronavirus de los esperables, pese a estar inmunizados, serán capaces de entrar en las células e iniciar una infección.
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