Presenciamos cada vez nuevas formas de diagnóstico y tratamiento de enfermedades, pero también nuevos padecimientos; no obstante, llegará un punto en que se tenga la capacidad de desarrollar tratamientos personalizados, y aunque no se sabe cuándo ocurrirá, ya se trabaja en ello. Por ejemplo, las nuevas vacunas o terapias contra el cáncer van a salir de células o antígenos del propio paciente, lo cual ayudará a que los tratamientos sean menos agresivos, con menos eventos adversos, afirmaron expertos en la Universidad Nacional.
En el conversatorio Vacunas del Futuro: Cáncer y VIH, en el contexto de la Fiesta de las Ciencias y las Humanidades 2021, Everardo González González, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), explicó que la biología molecular está creando una revolución.
Un proyecto de la farmacéutica Moderna es desarrollar vacunas personalizadas, particularmente contra el cáncer. “Es un mal heterogéneo, por lo que esa vacuna tendría capacidad de seleccionar elementos característicos de cada paciente y tratar de garantizar un mayor efecto, protección, una mejor terapia. Esto va de la mano con las tecnologías de secuenciación, que determinan el código genético presente en las células tumorales y que las vacunas vayan directo, con mayor precisión a su objetivo”.
El biotecnólogo aseveró que con la evolución de las técnicas ha crecido la posibilidad de generar vacunas cada vez más seguras (aunque “obviamente siempre habrá riesgo, pero la intención es que cada vez sea mínimo”) y con mayor eficiencia y eficacia para la protección contra enfermedades.
Papel del sistema inmunológico
En la sesión moderada por Martín Bonfil Olivera, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, Itzel Montserrat Lara Mayorga, también del ITESM, expuso que una de las grandes lecciones que nos deja la pandemia es vacunarnos, y no olvidar que parte de la eficacia de las vacunas se relaciona con el sistema inmunológico y si es fuerte y adecuado, por lo que “hay que cuidarnos”.
La científica refirió que hay cáncer asociado con virus, y otros que se producen por otras vías. Es una enfermedad muy compleja y por eso no se ha logrado tener una vacuna o cura definitiva. “Es un padecimiento donde intervienen factores biológicos, ambientales y sociales”.
Además, su complejidad radica en diferentes niveles: hay distintos tipos de cáncer, dependiendo del órgano donde se desarrolle; la genética hace que el mal sea diferente de un paciente a otro; y no todas las células que conforman un tumor son iguales.
En el caso del virus de inmunodefiencia humana, mencionó que hace unos años, tener un diagnóstico de VIH era de muerte, pero han surgido muchos tratamientos eficaces que han logrado que prácticamente hoy sea una enfermedad crónica. Ahora existe un estudio fase 3 (es decir, antes de la comercialización) del cual México forma parte. Los resultados del nuevo fármaco se esperan para finales de 2023 o inicios de 2024. “Esperamos tener buenas noticias con respecto a esta vacuna”.
En tanto, el virus del papiloma humano (VPH) se asocia a la mayor parte de casos de cáncer cervicouterino. “Ocho de cada 10 personas en algún momento tendrán contacto con este virus; esta es una razón por la que dicho padecimiento sea una de las primeras causas de muerte y de incidencia en mujeres. Pero el VPH se asocia con seis tipos de cáncer más, incluyendo el de garganta”. Contra éste ya hay varias vacunas, y 90 por ciento de los casos podrían solucionarse con la vacunación.
Importancia del aspecto social
Javier Sacristán de Alva, encargado de Educación Continua del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA), dijo que en este último continente hay una gran cantidad de países con el problema del cáncer cervicouterino y “tal enfermedad está estrechamente ligada al VPH, y éste a su vez, al abuso de mujeres y niñas”. Allí, la incidencia de VIH ha ido a la baja en los últimos años, pero no así el cáncer de distintos tipos, que va en aumento.
Asimismo, consideró que padecimientos como el VIH y el cáncer se deben resolver de la mano entre la cuestión social y técnica. La ciencia , precisó, debe ir ligada a las ciencias sociales y a los programas que se pueden implementar desde ellas; incluso, apuntó, esas acciones no se pueden detener porque, por ejemplo, no habría una promoción de la vacunación.
En su momento, Jacobo Silva Parada, becario posdoctoral en el PUEAA y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, citó el caso de la India, donde el sistema de salud es muy inequitativo y desigual, “en algunos casos muy parecido al mexicano”.
La atención primaria, sobre todo en entornos rurales, puede ser muy básica, elemental e incompleta, pero tiene instituciones de investigación de primera. Además, la nación tiene la fábrica de vacunas más grande del mundo.
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