Se tiene que reconocer que la trasformación que hace el organismo de los alimentos para ser asimilados, es un proceso fascinante y esencial. Sin embargo, entender, que la buena digestión es sinónimo de salud, vitalidad, bienestar y calidad de vida, es un verdadero reto, porque pocos lo tienen presente. Sobre todo, en la actualidad donde, el agitado estilo de vida y los productos procesados pululan como una alternativa rápida, sin exponer los daños anexos.
De ahí, que síntomas como dolor abdominal, inflamación, gases, acidez, diarrea o estreñimiento, sean participes de la cotidianidad de un gran número de personas en el mundo. Debido, principalmente a la falta de hábitos saludables, alimentación consciente, actividad fisca y fortaleza mental. En, pero, siempre se está a tiempo para prevenir o corregir, en pro, del correcto funcionamiento de nuestro organismo.1
Volver a lo natural ayuda a la buena digestión
Es claro, que el cuerpo necesita nutrientes provenientes de los alimentos; tanto solidos como líquidos; para funcionar de una manera óptima. Por tanto, es necesario suministrarle al organismo proteínas, grasa, carbohidratos, vitaminas y minerales, de una manera equilibrada y natural. A través de las verduras, frutas, granos, carnes y probióticos, que se convierten en la principal fuente de energía, crecimiento y reparación celular.1
De esta manera, encontramos que la buena digestión depende inicialmente de la cantidad y calidad de los alimentos y bebidas que se ingieren. Ya que, de acuerdo a los productos que el ser humano consume se deriva una cadena de factores, que implican salud o enfermedad para el individuo. Especialmente, porque la mal nutrición lleva a generar obesidad, hipertensión, diabetes, problemas coronarios y riesgo de accidente cerebrovascular.2
Sin embargo, el proceso de la trasformación de los alimentos, lleva también a cuestas un entramado que involucra diferentes sustancias, como saliva, acido estomacal, enzimas digestivas, jugo pancreático y bilis. Además de participar un conjunto de hormonas y nervios, que trasmiten señales al cerebro; para completar la función; tanto en los órganos huecos, como solidos que participan. Por tanto, si hay una alteración en el proceso, se pone en riesgo la buena digestión.2
Hay mucho por hacer
En realidad, tomar conciencia sobre la importancia de cuidar la salud digestiva, abre la puerta a un mundo de opciones para mantener una buena digestión. De ahí, que atender las señales que envía nuestro cuerpo y buscar la orientación médica ante cualquier síntoma inusual, es una excelente alternativa de salud.
Además, seguir unos pequeños consejos y adaptarlos a los hábitos de vida, seguramente hará una gran diferencia en la fisiología de nuestro cuerpo. Llevando a, mejorar no solo la parte física, sino también la actitud y disponibilidad mental. De ahí, que obviar las comidas abundantes, consumir fibra e incluir fruta y verdura en la dieta diaria, seguramente ayudara a evacuar los desechos fácilmente y proteger la mucosa intestinal.3
Así mismo, mantenerse hidratado gracias al consumo suficiente de agua, evitar los alimentos ricos en grasa saturada y mantenerse en movimiento, hacen que la salud y vitalidad estén de tu parte. Conjuntamente, evitar los productos procesados y disfrutar de preparar alimentos sencillos, es otra alternativa para conservar la buena digestión y disminuir el riesgo de padecer enfermedades, que se pueden evitar.
Referencias:
1.Angela Quintas. El secreto de la buena digestión. Libro publicado 2020. Editorial planeta.
2.Bolet Astoviza Miriam, Socarrás Suárez María Matilde. Alimentación adecuada para mejorar la salud y evitar enfermedades crónicas. Rev. Cubana Med Gen Integr [Internet]. 2010 jun [citado 2021 sep. 15] ; 26( 2 ). Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252010000200012&lng=es.
- AJ. Calañas. Alimentación saludable basada en la evidencia. Elsevier. [internet] 2005 [consultado 15 sep. 2021]; 52(s2): 8-24. Disponible en:
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