Cuando se habla de adicciones es normal relacionarlo a sustancias psicoactivas o acciones repetitivas que traen consecuencias negativas a la vida del individuo que las practica. Es importante comprender que, cuando los hábitos se vuelven perjudiciales, ya se da por hecho que se ha convertido en una adicción.
Esta se produce cuando el cerebro activa el circuito de recompensa, por ello el cuerpo pide cada vez más la sustancia o acción; al no suplir tal necesidad, existe lo que se conoce como síndrome de abstinencia, impidiendo el fácil abandono de las practicas adictivas. A pesar de comprender las adicciones como biológicas, el entrono social, la personalidad, los antecedentes traumáticos y los factores culturales, también influyen profundamente.
El mejor consejo para alguien que padece el aferro a una causa adictiva es que tome terapia. La medicina tradicional se enfocó en tratar los síntomas atacando el acceso a una sustancia, así se creía que habría una sanación, sin embargo, a lo largo del tiempo, las alternativas medicinales han tomado medidas que demuestran que la eficacia de un tratamiento está en encontrar la raíz del problema para dar resultados permanentes de bienestar.
Se relacionan a las adicciones con los traumas, las nuevas modalidades de tratamiento incluyen el conocer qué quebrantó o desató la conducta adictiva. Una de esas nuevas modalidades, es la medicina alternativa u holística, pero, ¿qué es?
Sus raíces se dan en China, India y Grecia, en estas culturas se dio origen a lo que hoy en día se entiende como el bienestar de la salud enlazado con los elementos de la naturaleza (agua, tierra, fuego, aire), las energías, la sangre, los fluidos y las emociones. Según esta práctica, la salud y la recuperación es posible con la regulación de cada aspecto en la vida de un paciente.
A diferencia de lo que se conoce como medicina psicológica o física, la holística aparta su mirada de la enfermedad en específico y se enfoca en sanar simultáneamente el cuerpo, el alma y la mente del individuo, sin dejar de lado las terapias convencionales, es más un refuerzo de tratamiento. Agrupa todas las necesidades del paciente, y propone hacer cambios estratégicos en sus hábitos, dando resultados progresivos que motivan al individuo a complementar su tratamiento medicinal.
El secreto está en mejorar otros aspectos en la vida de un paciente, mientras va dejando la ansiedad y la concentración en la sustancia o hábito que lo vuelve adicto. Algunas terapias holísticas son: la homeopatía, la acupuntura, la fitoterapia, terapia floral, aromaterapia, yoga, meditación, terapias del arte, cocina, música y masaje.
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