Las hernias inguinales son un abultamiento originado por la salida de tejidos del abdomen. Ocurren por la debilidad de la pared muscular del lugar donde se encuentran y se presentan desde molestias casi imperceptibles hasta cuadros que impiden ejercer las actividades cotidianas -generando mucho dolor- por lo que siempre requieren de la evaluación por cirujano.
En el caso de los niños, este trastorno suele ser consecuencia de un problema de desarrollo presente desde el nacimiento. Mientras que, en los adultos las hernias inguinales se generan en relación con una debilidad de los tejidos y se puede agravar cuando el paciente ejecuta un esfuerzo físico intenso. Es más frecuente en los hombres y, una vez que aparece, tiende a crecer con el transcurso de los años.
“Hay casos en los que la hernia inguinal no requiere tratamiento y solo debe ser observada para ver su evolución. Sin embargo, cuando se trata de una hernia palpable o que provoca molestias, es importante consultar con un cirujano para evaluar si es necesario operar”, afirma el doctor Cristián Cavalla, cirujano digestivo de Clínica Alemana.
En este sentido, el especialista advierte que el principal riesgo de complicación es la denominada hernia estrangulada, en la que “una parte del intestino delgado queda atrapado en esta cavidad, pudiendo dañar la pared de este segmento o dificultar el tránsito digestivo”.
¿Cuáles son los síntomas de una hernia inguinal?
Un porcentaje de quienes las padecen no tienen síntomas, sin embargo, requieren una atención especializada cuando se hacen palpables y generan dolor.
Por otro lado, cuando la hernia inguinal presenta síntomas, se asocian a un intenso dolor en esa región, principalmente al hacer algún esfuerzo o después de estar un tiempo de pie. Además, es frecuente que esté acompañada por otros trastornos como:
- Náuseas.
- Vómitos.
- Distensión abdominal.
¿Cuándo debe operarse?
El diagnóstico de la hernia inguinal se hace a través de un examen físico realizado por el especialista, quien puede solicitar una ecotomografía de partes blandas, como un estudio de confirmación complementario.
El tratamiento quirúrgico es urgente cuando se trata de una hernia estrangulada ya que, si no se recibe una oportuna, la pared intestinal se puede romper por falta de irrigación y provocar una peritonitis.
La cirugía consiste en volver a introducir el contenido en el abdomen y reparar el defecto en la pared muscular de la ingle.
Luego, se instala una prótesis o malla especial en esa zona para disminuir el riesgo de que la hernia vuelva a producirse.
“Actualmente, este procedimiento se puede realizar por vía laparoscópica, lo que reduce el dolor postoperatorio y el tiempo de recuperación. Esto se indica especialmente en aquellos casos en que se deben operar los dos lados, es decir, tanto el derecho como el izquierdo en una misma intervención ”, explica el doctor Cavalla.
La hospitalización es muy breve e incluso se puede hacer de forma ambulatoria. En cuanto a la recuperación, esta intervención requiere de un reposo relativo en la casa por entre siete y diez días, para luego retomar las actividades habituales; proceso que debe realizar de forma paulatina y con cuidado, es decir, evitando esfuerzos.
Factores que predisponen a una hernia
- Debilidad en tejidos abdominales por la edad.
- Sobrepeso y obesidad.
- Embarazo.
- Tos crónica.
- Realizar fuerza al levantar objetos pesados.
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