El paciente con glaucoma debe conocer la patología y ser protagonista de su autocuidado

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El glaucoma es la segunda causa principal de ceguera en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para evitar llegar a esta situación, el paciente debe conocer su patología y aprender a controlarla, por ello la formación y la actitud de este es fundamental.

Consciente de ello, el Grupo OAT y la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), junto con Santen como entidad colaboradora, organizaron el Taller para Pacientes y Familiares ‘Convive con el Glaucoma’ en el Salón de Actos de la Fundación ONCE (Madrid), con el objetivo de concienciar y formar en aspectos relativos a la enfermedad, a la autoadministración y al rol activo que debe adquirir el paciente para ser protagonista de su autocuidado y así conseguir una mayor adherencia y mejor calidad de vida.

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Amaia Casteig, directora Corporativa & Proyectos del Grupo OAT, durante su intervención en el taller ‘Convive con el Glaucoma’

En el marcio de este foro se desarrollaron varias ponencias para conocer qué es el glaucoma, qué actitud tiene que adquirir el paciente y cuáles son las claves para una correcta autoadministración. Para Marta de la Torre, vicepresidenta de AGAF, iniciativas como esta son de vital importancia ya que ayudan, no solo al paciente a conocer más su enfermedad y cómo afrontarla, sino también a los familiares y allegados a comprender las necesidades del enfermo y, en general, saber cómo actuar. “En el caso del glaucoma, que requiere de un tratamiento crónico y controles médicos periódicos, es fundamental el cumplimiento de estos dos aspectos para minimizar el avance de la enfermedad, y sin embargo se sabe que alrededor de un 50% de los afectados no lo hace, con el consiguiente deterioro de la visión y la calidad de vida”, advierte la vicepresidenta de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares.

En esta línea, algunas de las necesidades que tienen los pacientes con glaucoma es disponer de más información sobre su patología para comprenderla, entender su tratamiento y cómo autoadministrárselo, según Amaia Casteig, directora Corporativa & Proyectos del Grupo OAT, organización independiente y multidisciplinar que ofrece soluciones integrales basadas en las áreas de Adherencia, Cronicidad y Pacientes. a su juiocio, “aquí es donde tiene mucha importancia el poder de la motivación, puesto que si el paciente está convencido de los beneficios que le aporta ser adherente para su salud y lo visualiza, se sentirá mejor y podrá llevarlo a la práctica”.

Es clave que los pacientes se sientan protagonistas de su vida y que elijan la actitud con la que quieren afrontar las distintas situaciones que se les presentan, y para ello deben preguntarse: ¿Qué está en mi mano para ser adherente?”, “¿Qué puedo hacer yo para sentirme mejor?”, añadió Casteig.

El diagnóstico precoz es fundamental

El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico que afecta aproximadamente a un 2% de los mayores de 40 años y cuyo principal factor de riesgo es la presión intraocular elevada, tal y como explicó el doctor Federico Sáenz-Francés, oftalmólogo especialista en Glaucoma del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Según este especialista, “el daño del nervio óptico que tiene lugar en el glaucoma tiene como resultado una pérdida lentamente progresiva del campo visual que pasa inadvertida al paciente hasta las fases terminales (e irreversibles) de la enfermedad en las que se pierde la visión. Es por esto que el diagnóstico precoz es fundamental en el ámbito del glaucoma”.

El tratamiento de esta enfermedad consiste en reducir la presión intraocular para detener el avance del daño en el nervio óptico. Esta reducción se consigue mediante la administración de colirios, aunque en ocasiones se puede precisar tratamiento con láser o cirugía para conseguir una presión intraocular adecuada”, añadió Sáenz-Francés.

Sin embargo, uno de los principales problemas que se dan en glaucoma es que no da síntomas hasta las fases terminales de la enfermedad, lo que provoca que el paciente no perciba un beneficio inmediato al autoadministrarse las gotas para bajar la tensión o al someterse a una intervención quirúrgica con este fin; además, las gotas pueden ser irritantes o la cirugía tener efectos secundarios, entre otros aspectos. “Todos estos factores se alían para favorecer que la adherencia al tratamiento sea problemática, y en esto radica la importancia de la concienciación del paciente de la naturaleza de su patología”, subrayó el doctor.

Claves para una correcta autoadministración

En este sentido, es imprescindible que los pacientes con glaucoma sean conscientes de su enfermedad y de las consecuencias que puede tener no seguir las pautas de su especialista, a pesar de que al principio puedan estar más reticentes al tratamiento con gotas, como recalcó Rubén Sánchez, óptico optometrista del Hospital Clínico San Carlos.

En palabras de este experto, el glaucoma es una enfermedad que hay que afrontar con respeto, pero sin miedo: “En la mayoría de los casos, siguiendo correctamente el tratamiento prescrito y acudiendo a las revisiones periódicas con su glaucomatólogo, se puede convivir con la enfermedad sin que repercuta significativamente en su calidad de vida”.

Durante su intervención, Sánchez ofreció algunas claves para una correcta autoadministración, entre las cuales destacó tener una rutina a la hora de instilarse las gotas, es decir, administrárselas siempre a la misma hora según la pauta indicada; y además, para aliviar la irritación que producen muchas de estas gotas, aplicar también lágrimas artificiales, respetando el tiempo de aplicación entre ambas gotas.

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