Está surgiendo una clase de medicamentos que pueden atacar las células cancerosas en el cuerpo sin dañar las que están alrededor y son saludables. Tienen el potencial de reemplazar la quimioterapia y sus efectos secundarios perturbadores; un cambio el futuro de la atención del cáncer.
Los medicamentos biológicos complejos, llamados fármacos inmunoconjugados (ADC, por sus siglas en inglés), han estado en desarrollo durante décadas y ahora están generando un entusiasmo renovado debido al éxito de un ADC en pruebas de etapa tardía, un tratamiento para el cáncer de seno llamado DS-8201.
El fervor por los ADC es tal que AstraZeneca Plc acordó pagar en marzo hasta 6.900 millones de dólares para desarrollar conjuntamente DS-8201 con la japonesa Daiichi Sankyo Co., el mayor negocio de la farmacéutica británica en más de una década. La inversión fue percibida como una validación del potencial de DS-8201 –y la clase de medicamentos ADC en su conjunto– como alternativa para la quimioterapia, el tratamiento más ampliamente utilizado para algunos tipos de cáncer.
«DS-8201 puede convertirse en uno de los medicamentos biológicos contra el cáncer más grandes», asegura Caroline Stewart, analista de Bloomberg Intelligence, quien estima que las ventas del medicamento eventualmente se acercarán a US$12.000 millones a nivel mundial, un nivel alcanzado por solo unos cuantos medicamentos biológicos. «Si bien el campo ha avanzado y hay varias compañías enfocadas en los ADC, Daiichi en particular parece haber desarrollado una experiencia única».
Los analistas dicen que DS-8201 podría triplicar la cantidad de pacientes que reciben un tratamiento específico para el cáncer de mama, el tumor más común en las mujeres que mata más de medio millón al año. De manera importante, su capacidad para atacar a las células cancerosas sin afectar a las células normales es una ventaja clave sobre el enfoque de la quimioterapia de acabar con todo.
Se ha observado que el tratamiento de Daiichi duplica el tiempo de supervivencia para las pacientes con cáncer de mama avanzado de 10 a 20 meses, dijo el exanalista de UBS Securities Japan Co. Atsushi Seki en marzo. En los ensayos, las pacientes que utilizaron DS-8201 experimentaron menos náuseas y pérdida de cabello en comparación con la quimioterapia.
Solución mágica
El potencial completo de DS-8201 aún está lejos, ya que los datos demorarán en validar la eficacia del fármaco en una amplia gama de pacientes. No obstante, el potencial de los ADC ya está sacudiendo a las grandes farmacéuticas. Roche, cuyo Herceptin pierde la exclusividad de patentes en EE.UU. este año, ha agregado ADC a su portafolio con Kadcyla, su tratamiento para el cáncer de mama. Pfizer Inc. tiene Mylotarg, un ADC que trata la leucemia mielógena.
Alrededor de 56 compañías farmacéuticas están desarrollando candidatos a ADC, incluidas ImmunoGen Inc. y Seattle Genetics Inc., y podrían ser objetivos para adquisiciones o acuerdos de licencia con farmacéuticas globales ansiosas por una porción del pastel de ADC, según Cowen Inc.
«Los ADC se están posicionando como un reemplazo de la quimioterapia», escribieron en una nota en abril analistas de Cowen, incluido Boris Peaker. «Hay un potencial significativo para la actividad de asociación».
El mercado global de ADC fue valorado en US$1.570 millones en 2017 y se proyecta que crecerá 26% cada año hasta 2025 a casi US$10.000 millones, según un informe de Grand View Research.
El concepto detrás de los ADC fue concebido en 1900 por el premio Nobel alemán Paul Ehrlich, quien formó la idea de una «solución mágica» en la que una única molécula tóxica sería administrada para atacar una célula enferma sin dañar las células sanas circundantes.
El uso real de los ADC comenzó en 2000, pero el interés en el sector se enfrió ya que muchos no cumplieron con las expectativas. Las terapias pertenecen a una categoría más amplia de inmunoterapias contra el cáncer como Keytruda de Merck & Co. y la terapia con células T- CAR de Novartis AG, Kymriah, que utilizan el sistema inmunológico para matar tumores.
Otro nivel
El medicamento de Daiichi Sankyo lleva los ADC a otro nivel. Su ventaja es que transporta ocho cargas útiles de manera estable a las células cancerosas, el doble que el estándar de la industria, explica Toshinori Agatsuma, director de investigación oncológica en Daiichi Sankyo, quien dirigió el equipo que descubrió la terapia.
«Los ADC disponibles en la actualidad están lejos de ser técnicamente perfectos porque la carga útil vinculada a los anticuerpos no se entrega adecuadamente a las células cancerosas», asegura Agatsuma. «Queríamos desafiar y mejorar eso. Llegamos tarde a la biotecnología, pero sabía que era un área en la que podríamos ponernos al día, competir y ganar».
Alrededor de 2,1 millones de mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama cada año, según la Organización Mundial de la Salud. Alrededor de 18% de los casos se debe a una proteína llamada HER2, y su primer tratamiento es la quimioterapia junto con Herceptin y Perjeta de Roche, un medicamento relacionado. Si bien DS-8201 se encuentra actualmente en pruebas para cáncer en etapa avanzada, el plan es enfrentar el tratamiento de primera línea en los próximos dos años.
«Sería transformador» si el medicamento se convirtiera en el único tratamiento de primera línea, asegura David Fredrickson, presidente del negocio de oncología de AstraZeneca. «Si podemos eliminar los efectos secundarios asociados con la quimioterapia, sería un tremendo beneficio para las mujeres».
Los medicamentos como Herceptin solo apuntan a niveles altos de HER2, y las mujeres con niveles más bajos deben confiar en la terapia hormonal o la quimioterapia. Ahí es donde DS-8201 tiene el potencial de ayudar a muchas más pacientes, tratando a aquellas con niveles más altos y más bajos de HER2.
‘Es diferente’
«Necesitamos más pruebas, pero mi intuición es que DS-8201 es el más efectivo entre los medicamentos existentes dirigidos a pacientes positivas para HER2, incluidos Herceptin y la quimioterapia», afirma Shunji Takahashi, subdirector del Hospital para el cáncer de la Fundación japonesa para la investigación contra el cáncer, el cual participó en un ensayo temprano de DS-8201. Señaló que la neumonía intersticial puede ser un efecto secundario preocupante y debe ser monitoreada.
Para Daiichi Sankyo, el desarrollo de DS-8201 ha ayudado a resucitar a la compañía japonesa luego de años de dificultades para establecer un camino hacia el crecimiento, debido en parte a la fallida adquisición de la india Rabanxy Laboratories Ltd. y una escasez de productos exitosos.
«Un solo medicamento tiene el potencial de transformar a Daiichi Sankyo y no lo esperaba hace un año», afirma el analista de SMBC Nikko Securities Inc., Yasuhiro Nakazawa. «Daiichi Sankyo tenía un historial de traicionar las expectativas del mercado con desarrollos anteriores. Pero con este, realmente puedo sentir que es diferente esta vez».
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