La ciencia acaba de dar un paso de gigante contra el cáncer de páncreas al conseguir eliminarlo en ratones. Pero hasta que el resultado de la investigación llegue a los pacientes pasarán unos años en los que este tumor seguirá siendo silente y letal. El oncólogo Alfredo Carrato, experto en páncreas, cree necesario identificar a la población de riesgo y establecer un programa de cribado para su detección precoz
El doctor Carrato, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, considera que el cáncer de páncreas “es una necesidad sanitaria de primer orden” ya que es difícil diagnosticarlo a tiempo, es muy agresivo y resistente a los tratamientos, explica en una entrevista con EFEsalud.
Por eso ha tenido tanta repercusión la investigación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), liderada por Mariano Barbacid, que ha hallado la vía para inhibir dos dianas moleculares (EGFR y c-RAF) relacionadas con el gen responsable de la iniciación de más del 95 por ciento de este tipo de tumores (el oncogen KRAS).
Esto ha supuesto que este tumor, del subtipo adenocarcinoma ductal, uno de los más agresivos, en fase metastásica desapareciera en modelos experimentales.
“La primera vez que ocurre en el mundo”, resalta el también director científico del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS) en Madrid, que ha colaborado en esta investigación.
El siguiente paso, explica Carrato, es identificar el fármaco capaz de bloquear estas vías de señalización y después probarlo para que sea tolerado por los pacientes, que no presente excesiva toxicidad sobre otros tejidos y cumpla su función de forma específica.
Detectar en sangre los genes mutados
Pero mientras llegan los avances hay que seguir “plantando cara”, como dice el doctor Carrato, a un tumor con una incidencia de 6.000 casos anuales, menos frecuente que otros, pero con una alta mortalidad ya que apenas sobrevive el 5 % de los afectados.
Por eso el especialista considera necesario establecer, en la sanidad pública, un programa de cribado en cáncer de páncreas dirigido a población de riesgo.
“Tenemos que definir cuál es esa población de riesgo e identificar que parámetros se alteran en sangre al inicio de la formación de un tumor”, precisa.
El doctor pone como ejemplo el programa de cribado en cáncer de páncreas familiar que desde hace más de siete años funciona en el Hospital Ramón y Cajal para poder detectar de forma temprana un tumor cuya incidencia es mayor en familias con antecedentes.
Se trata de personas sanas a las que regularmente se les somete a un análisis de sangre para descubrir aquellas mutaciones de genes que predisponen al cáncer de páncreas, además de a una ecoendoscopia y una resonancia magnética.
“Con este programa ya hemos detectado tres cánceres de páncreas de mal pronóstico que se han operado en individuos asintomáticos y aparentemente sanos que ahora están libres de enfermedad”, informa este oncólogo.
“Es una manera de adelantarnos y coger la enfermedad en una etapa temprana, que puede ser curable con cirugía y quimioterapia”, subraya.
Atención a los síntomas
También hay que estar atentos a los signos que puede expresar este tumor en el paciente y que no suelen ser demasiados específicos.
“Debemos conocer los síntomas para no demorar el diagnóstico. Pero no solo lo debe conocer la población general, también los médicos de atención primaria que son los que tienen el primer contacto con el paciente” y así derivarlo cuanto antes al especialista, apunta el doctor Carrato.
Ponerse amarillo, perder peso de forma inexplicable, la aparición de una diabetes en una persona no obesa y sin antecedentes familiares e, incluso, un dolor persistente en la parte de atrás de la espalda que puede responder a que el tumor afecta a los nervios próximos a la columna vertebral son algunas de las señales de alerta.
Pero lo más importante es la prevención primaria y eso radica en unos hábitos de vida saludables en los que no se fume, se tenga a raya al sobrepeso y la obesidad y se realice ejercicio regular.
Terapias pre-personalizadas
La medicina personalizada de precisión es el objetivo y ya realidad de muchos tumores que reciben terapias avanzadas y específicas.
Todavía no es el caso del cáncer de páncreas: “Estamos en una fase de tratamiento de terapia pre-personalizada, pero hasta el momento todo se centra en la quimioterapia”.
Pero ya hay estudios con combinaciones de tratamiento, como los inhibidores de PARP para un grupo de pacientes que tienen alteraciones en los mecanismos de reparación del los ácidos nucleicos o tumores hipermutados que responden a la inmunoterapia con inhibidores PD1 y PDL1.
“Es importante hacer un perfil genético a los pacientes que tienen cáncer de páncreas para hacer un tratamiento lo mas personalizado posible con la enfermedad y probabilidades de éxito”, apunta el doctor quien concluye: “Todavía hay que ganar mucho terreno a la enfermedad”.
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