Corresponde a la degradación progresiva de los distintos componentes de la articulación bajo el efecto de factores diversos y de importancia variable.
Si bien es cierto que algunos factores, como la edad y el terreno genético, no se pueden modificar, hay otros en los que sí podemos influir para retrasar la aparición de una osteoartritis y frenar su evolución.
Infórmese, pregunte a su médico y verá que la osteoartritis no es ninguna fatalidad.
Para prevenir la Osteoartritis y sus complicaciones, hay que luchar esencialmente contra los principales factores de riesgo, que son el sobrepeso, los traumatismos articulares, los micro-traumatismos repetidos y algunas anomalías de la estática de los miembros inferiores.
¿Existe algún vínculo entre las anomalías de los miembros inferiores y la osteoartritis?
Algunas anomalías de los miembros inferiores pueden favorecer la aparición de una osteoartritis. Por ejemplo, la displasia congénita de la cadera es un factor de riesgo conocido de Osteoartritis de la cadera. A nivel de la rodilla, algunos estudios han demostrado que existen con mayor frecuencia rodillas en forma de «X» (deformación en valgus) en los pacientes artrósicos que en los pacientes normales. Sin embargo, no sabemos si la gonartrosis (o osteoartritis de la rodilla) es la causa o la consecuencia de la rodilla en «X».
Por el contrario, sabemos que estas anomalías favorecen la progresión de la osteoartritis.
En la práctica: ¿cómo corregir estas anomalías?
Si presenta una anomalía articular y padece una osteoartritis asociada a signos radiológicos, aunque sean mínimos, puede plantearse, eventualmente, una intervención quirúrgica.
La más frecuente es la osteotomía. Se practica en caso de osteoartritis femoro-tibial cuando existe una deformación de la rodilla en genu varum (piernas «arqueadas»).
Esta intervención consiste en cortar la parte alta de la tibia, retirar o añadir un «complemento» óseo para desviar el eje de la tibia hacia el exterior y modificar, así, las cargas ejercidas en el compartimento femoro-tibial interno dañado hacia el compartimento femoro-tibial externo sano. No afecta a la articulación de la rodilla propiamente dicha.
Puede aliviarle durante varios años y retrasar o evitar la implantación de una prótesis.
¿Qué actividades hay que evitar?
Un traumatismo de escasa importancia, pero repetido regularmente, puede favorecer la aparición de una osteoartritis y su gravedad.
Así pues, el hecho de llevar cargas pesadas, trabajar en cuclillas o de rodillas, o incluso la utilización de herramientas como martillos neumáticos, favorece la aparición de osteoartritis de la columna, las rodillas, los codos y la cadera.
De igual forma, algunos deportistas de alto nivel que trabajan mucho sus articulaciones desarrollan más fácilmente una osteoartritis: osteoartritis de cadera de los futbolistas, los jugadores de rugby y los bailarines, osteoartritis del codo en el caso de los lanzadores de jabalina, osteoartritis de los pies de los bailarines, osteoartritis de los dedos de los judokas.
En la práctica: ¿qué actividades pueden favorecer la osteoartritis?
Las actividades profesionales que provocan o mantienen el dolor deben interrumpirse de forma temporal o incluso definitiva. En algunos casos, puede ser necesaria una reciclaje profesional (véase dossier “osteoartritis y trabajo”).
Aunque no tenga osteoartritis, tenga cuidado al practicar cualquier actividad deportiva de forma intensiva y prolongada.
Si padece osteoartritis, le aconsejamos que realice una actividad física moderada y regular, que eventualmente puede incluir la práctica de un deporte. En caso de osteoartritis de la cadera y/o la rodilla, pueden continuar sus actividades deportivas que no requieren esfuerzos bruscos, como la natación, el ciclismo, o incluso el trotar, siempre que este último se practique en un suelo blando y con calzado de buena calidad. Se tiene que evitar cualquier deporte que pueda agravar los dolores articulares o producir un derrame sinovial.
¿Por qué hay que tratar rápida y eficazmente cualquier traumatismo articular?
Un traumatismo articular grave, es decir, directamente responsable de una lesión del cartílago, puede favorecer la aparición ulterior de una osteoartritis. Éste es el caso, por ejemplo, del clásico «Accidentes viales» cuando se producen accidentes de coche, que puede ser responsable de:
- Una lesión cartilaginosa de la rótula.
- Una fractura de la extremidad superior de la tibia, en ocasiones origen de una osteoartritis de la rodilla.
- Una fractura de la extremidad inferior de los huesos de la pierna, que puede provocar una osteoartritis secundaria del tobillo.
Aunque la radiografía de la fractura ósea resulta impresionante muy a menudo, generalmente el hueso cicatriza completamente, al contrario que el cartílago.
De la misma forma, un traumatismo severo que origina una lesión cercana al cartílago puede favorecer la aparición ulterior de una osteoartritis. Éste es el caso, especialmente, de un esguince grave de la rodilla (que afecte a los ligamentos cruzados) o del tobillo, pero también de una lesión y, sobre todo, de una ablación meniscal.
Si usted padece una ablación meniscal, quirúrgica o artroscópica, tiene que saber que pueden conllevar una osteoartritis de la rodilla, particularmente si se retira la totalidad del menisco y se padece genu varum (piernas arqueadas). ¡En este caso, debe evitar cualquier actividad deportiva intensiva que suponga un riesgo!
En cualquier caso, preste siempre la debida atención a cualquier traumatismo articular y, sobre todo, a los esguinces.
¿Permite, la pérdida de peso, limitar el riesgo de osteoartritis?
La respuesta es contundente: SÍ, en lo que se refiere a la rodilla.
Es importante saber que:
- Si no tiene osteoartritis, pero sí algunos kilos de más, tiene un riesgo mayor de desarrollar más tarde una osteoartritis de la rodilla.
- Si pierde los kilos de más, aunque sólo sea parcialmente, reducirá dicho riesgo.
- Si padece una osteoartritis de la rodilla, y tiene kilos de más, su enfermedad progresará más rápido que si su peso fuese normal.
- Si tiene una osteoartritis de rodilla y kilos de más, conseguirá reducir el riesgo de agravación de su osteoartritis y disminuirá los dolores perdiendo peso.
La obesidad aumenta las cargas mecánicas en la articulación. Puede evaluarse mediante el índice de masa corporal (IMC):
Por encima de un IMC de 27, el riesgo de gonartrosis aumenta en un 14 % por cada aumento de un kg;
Pero la obesidad también favorece la osteoartritis de los dedos, probablemente debido a los mecanismos inflamatorios.
- Un IMC de 30 multiplica el riesgo de gonartrosis por 8.
- Un IMC > de 36 multiplica el riesgo de gonartrosis por 13.
En la práctica: ¿cómo calcular su IMC?
El índice de masa corporal (IMC) permite estimar el exceso de masa grasa en el cuerpo y definir la corpulencia. Cuanto más aumente el IMC, mayores son los riesgos vinculados a la obesidad.
Para calcular su IMC, sólo tiene que dividir su peso (en kg) por su estatura (en metros) al cuadrado:
IMC (kg/m2) = Peso (kg)/estatura (m)x estatura (m).
Para determinar su corpulencia, consulte el cuadro de índice de masa corporal haciendo clic en el vínculo.
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¿Es necesario tomar vitaminas?¿>
Se recomienda un aporte equilibrado de vitaminas C, D y E a través de una alimentación equilibrada, pero actualmente no existe ninguna prueba científica que haga pensar que un aporte suplementario (en comprimidos) pueda resultar beneficioso para las personas que padecen osteoartritis.
¿Está indicado realizar un tratamiento hormonal?
La osteoartritis de la rodilla aparece más frecuentemente en las mujeres tras la menopausia que en los hombres.
Factores relacionados: el descenso de las hormonas estrogénicas, que aceleraría la degradación del cartílago.
El tratamiento hormonal sustitutivo recetado, si no hay contra-indicaciones, para prevenir la osteoporosis, también podría contribuir a prevenir la aparición de una osteoartritis: Al parecer, la osteoartritis de cadera se observa menos en las mujeres que hayan recibido, o que reciban, un tratamiento hormonal sustitutivo.
En caso de osteoartritis instalada, no existe ningún argumento científico para pensar que tales tratamientos puedan tener ningún efecto sobre su evolución.
Por último, no olvide: Para evitar que su osteoartritis se agrave, siga el tratamiento medicamentoso y no medicamentoso recetado por su médico, al igual que sus consejos.
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