Una semana antes de la Navidad, recibí una llamada de teléfono de una de mis familias afectadas con el VIH:
– Rosalva, me dijeron que si no llevaba una carta con el diagnóstico de la María, (nombre ficticio) no la aceptarían para el siguiente semestre-.
Con angustia la madre de la pre-adolescente me lo notificaba. -¿Qué puedo hacer?-.
Esto lo tuvo que enfrentar después de que María había sobrepasado las faltas de asistencia a causa de las citas médicas para su seguimiento en el tratamiento al VIH.
Desafortunadamente, este no es el primer caso que he tenido durante los 14 años trabajando para esta causa en Tijuana, y ni el último que tendré.
Lo primero que confirmo con las familias es que sus niños infectados con VIH están protegidos por Derechos Humanos: el derecho a una vida sin discriminación, el derecho como todos los niños a una educación y sobre todo el derecho a la confidencialidad. Ninguna entidad pública, ya sea institución médica o educativa puede ni debe revelar el diagnóstico del VIH del menor o adolescente infectado con VIH absolutamente a NADIE, es solamente el derecho de los padres o del adolescente (en su caso) revelar su propio diagnóstico. Las consecuencias graves de la discriminación hacia los niños infectados con el VIH surgen después cuando en edad de la adolescencia viven en un estado de negación y esto los lleva a la depresión, una arma peligrosa a esa edad y sobre todo cuando no están ellos mismos preparados para enfrentar el bulling y la discriminación de sus compañeros.
El plan a seguir con el caso de María y de los niños anteriores al enfrentar este problema en las escuelas fue:
1. Una reunión con el director de la escuela del menor, el padre/madre o tutor.
2. Por decisión del padre, madre o tutor hacer la petición de quienes estarán presentes en una segunda reunión, esto dependiendo quien estuvo involucrado en la revelación del diagnóstico y ratificar al director de la escuela la importancia de su apoyo a la familia.
3. La reunión con el personal involucrado y aclarar dudas sobre el VIH.
4. Una tercera reunión con todos los maestros de la escuela para educarlos y sensibilizarlos sobre el VIH. Aquí invito al doctor pediatra especializado en VIH para reforzar la información del área médica sobre el VIH y un poco de estadísticas.
Uno de los casos anteriores al cual atendí surgió al momento de que los padres de familia se enteraron del diagnóstico de otro niño en otra comunidad en Tijuana. Se reunieron para obtener firmas de los demás padres con el afán de hacer la petición al director y expulsar al niño infectado con el VIH de la escuela primaria que atendía. En este caso, después de hacer los pasos que mencioné, hicimos una presentación educativa sobre VIH a los padres de familia y al final nos aplaudieron agradecidos de la información que ese día habían aprendido.
María es una niña infectada con el VIH y una atleta que ha destacado en varias competencias. El VIH no la limita a tomar solamente medicamentos, no la limita a sus actividades, ni tampoco en su diario vivir. Puedo decir que estoy muy orgullosa del trabajo que ha hecho su madre, el doctor y sobre todo lo que en Es Por Los Niños han aprendido para sobrellevar su vida de una manera muy positiva.
Feliz Año Nuevo a todos los lectores y que el 2018 los lleve a lograr sus metas. La de su servidora: Continuar educando y sensibilizando a nuestra comunidad.
Rosalva Martha Sandoval
Directora Ejecutiva/Fundadora
Es Por Los Niños
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