Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la BGU han encontrado pruebas concretas de que el consumo moderado de vino podría afectar positivamente a ciertas personas, es decir, aquellas con diabetes tipo 2.
Un grupo de 224 personas con diabetes fue seleccionado para el estudio, que tuvo lugar durante un período de dos años. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a beber cinco onzas de agua mineral, vino blanco seco o vino tinto. Durante el estudio siguieron una dieta mediterránea sin restricciones de calorías.
Los resultados mostraron que los participantes de vino tinto aumentaron su colesterol HDL o “bueno” y disminuyeron su colesterol total. En general, en comparación con los cambios en los grupos de agua y vino blanco, los bebedores de vino tinto experimentaron mayor beneficio.
Prof. Iris Shai
“Las diferencias encontradas entre el vino tinto y el vino blanco se oponían a nuestra hipótesis original de que los efectos beneficiosos del vino están mediados predominantemente por el alcohol”, dice la Profesora Iris Shai, investigadora principal en el estudio.
El estudio sugiere que la ingesta moderada de vino – especialmente vino tinto – en personas con diabetes bien controlada, como parte de una dieta saludable, es aparentemente segura y disminuye modestamente el riego cardio metabólico.
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