Los drones forman cada vez más parte de nuestras vidas. Además del uso recreativo como fotografías o vídeos, los aviones no tripulados tienen más aplicaciones. Un reciente estudio probó los drones como vehículos de transporte de sangre en zonas rurales. Esta nueva aplicación de uso médico y social es una de las nuevas vertientes de estos aparatos y que, a pesar de que se encuentra en un proceso experimental, podrían acabar con algunas deficiencias médicas en diferentes partes del mundo.
El estudio publicado en American Journal of Clinical Pathology mostró los resultados de un vuelo en el desierto de Arizona, en el que un drone transportó sangre helada atravesado el desierto. Para evitar que la sangre se calentara por la alta temperatura del lugar o por la batería del avión no tripulado, los investigadores añadieron un enfriador, lo que permitió que la sangre se mantuviera a unos 15 grados menos que la temperatura exterior. Después de las tres horas de vuelo, la sangre llegó en perfectas condiciones.
Este logro pone de relieve la importancia del papel de los drones en la asistencia médica, una utilidad que ya ha sido previamente probada por empresas como la californiana Zipline, la cual utiliza los aviones no dirigidos para suministrar medicina de emergencia o sangre en Ruanda. La compañía recibe una llamada de emergencia y, entre 15 y 30 minutos, el servicio médico llega al hospital donde cubren las necesidades de mayoritariamente madres con hemorragia postparto o niños con anemia por paludismo. Zipline inició su proyecto en octubre de 2016 y hasta ahora han entregado unas 2.400 unidades de sangre.
Otra de las aplicaciones de los drones en el ámbito de la medicina se centra en los desfibriladores. Una investigación de la Asociación Médica de Estados Unidos demostró que los aviones no tripulados son capaces de llegar a una situación de emergencia 17 minutos que las ambulancias.
Para el estudio iniciado en octubre de 2016, se instalaron desfibriladores que pesan menos de un kilo y colocaron una cámara y un dispositivo GPS para seguir la ruta del drone. Además, una voz electrónica guía al usuario sobre cómo utilizar correctamente el avión hasta llegar a su destino. Los resultados han sido favorables hasta el momento y los investigadores planean llevar a la práctica esta medida para asistir a los enfermos de paros cardíacos.
El Smart Aid es otro de los proyectos que pretenden mejorar la asistencia médica. El prototipo de drone tiene como objetivo transportar un equipo completo de primeros auxilios, incluyendo un desfribrilador. El avión estaría controlado por un paramédico, quien daría instrucciones al enfermo a través de un micrófono instalado. Sin embargo, el Smart Aid está pensando como una primera ayuda mientras llega el equipo médico. Este tipo de drone ha sido diseñado para que se implemente en lugares de difícil acceso y donde la ambulancia puede tardar más tiempo en llegar, permitiendo así al enfermo tener una primera evaluación y cuidado médico.
Más allá de la medicina, otras empresas están utilizando los aviones no tripulados para la ayuda humanitaria. La compañía Matternet llega a las zonas rurales o que han sido víctimas de catástrofes naturales para enviar suministros médicos, alimentos o cualquier otro bien que sea necesario. «Nuestros productos permitirán a las personas, empresas y organizaciones de todo el mundo construir y operar redes de logística de aviones no tripulados para transportar bienes a demanda, a través del aire, en una fracción del tiempo, costo y energía de cualquier otro método de transporte utilizado hoy en día», explica la empresa en su página web.
Los drones se han convertido en una potencial herramienta de asistencia médica. Además de ofrecer ayuda a lugares con poca accesibilidad o rurales, los aviones no tripulados pueden hacer frente a las carencias en grandes ciudades, donde las ambulancias pueden tardar más en llegar a causa del tráfico. Sobre todo para enfermedades o accidentes en los que la rapidez son un factor clave, este tipo de transporte puede salvar más de una vida.
A pesar de los avances que esto supondría para muchos pacientes, todavía hay que tener en cuenta ciertos aspectos que podrían poner en peligro los viajes en drones para asistencia médica. En primer lugar, el avión no tripulado puede transportar materiales peligrosos y, en caso de que se estrellase, podría poner en peligro a las personas que se encuentren en tierra. Por este motivo, es necesario que los drones para transporte médico sean regulados con medidas como identificar rutas para prevenir accidentes y asignar a pilotos que cuenten con licencias.
Las investigaciones todavía se están llevando a cabo en muchos sentidos pero los avances hasta el momento muestran que la asistencia médica transportada con un drone podría ser, cada vez más, parte del presente.
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