Estas lesiones aparecen de forma súbita y en casi el 80 por ciento tienen un origen traumático. Las causas más habituales son: los accidentes de tráfico, los deportivos y los laborales. Algunas enfermedades como los accidentes vasculares cerebrales o ciertos tumores también pueden causar estos tipos de lesiones.
La médula espinal
La médula espinal es un cordón nervioso que se extiende desde la base del cerebro hasta la región lumbar. Está protegida por la columna vertebral y funciona como una línea telefónica de ida y vuelta: a través de la misma el cerebro envía mensajes a los músculos, ya sea para moverse o para quedarse inmóviles; y viceversa, el cuerpo envía mensajes al cerebro sobre sensaciones, tacto, olores, temperatura, etc.
¿Cómo se puede lesionar la médula?
Un traumatismo puede presionar la médula o, en casos más graves, llegar a seccionarla. Es lo que diferencia las lesiones incompletas de las completas.
• Lesiones incompletas: Uno o más de los anillos óseos de la columna se rompen o se desplazan y presionan la médula espinal. En este caso, quedarán algunos músculos activos por debajo de la lesión y el afectado mantendrá parte de la sensibilidad y la movilidad.
• Lesiones completas: Las vértebras llegan a seccionar la médula y se produce una interrupción total de las vías nerviosas y, por consiguiente, la pérdida de sensibilidad y una parálisis muscular total por debajo del nivel de la lesión.
Consecuencias
Las consecuencias de la lesión medular serán más o menos graves según donde se localice la lesión.
– Si la lesión es en la zona cervical, se produce una TETRAPLEGIA, es decir, la pérdida o disminución de la sensibilidad y la movilidad de todas las extremidades y del tronco.
– Si la lesión se halla en la zona torácica y lumbar, provoca una PARAPLEGIA. En este caso, la parálisis afecta únicamente a las extremidades inferiores y la parte del tronco por debajo de la lesión.
Otras consecuencias
Otras consecuencias, mucghas veces poco conocidas, que padecen los lesionados medulares son:
– Pérdida de control de los esfínteres
– Úlceras provocadas por la presión excesiva en alguna parte del cuerpo –
Trastornos a nivel de la esfera sexual
– Espasticidad muscular
– Contracturas
El cerebro
El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo y comanda todos los demás órganos. Controla el movimiento, las emociones, la conducta, las sensaciones, las percepciones y los sentidos. También rige las funciones mentales superiores: la inteligencia, la memoria, la atención y el lenguaje.
Cualquier daño cerebral puede afectar a las capacidades físicas, mentales y emocionales de la persona.
Entre las lesiones del cerebro distinguimos: el traumatismo craneoencefálico y el ictus.
Traumatismo craneoencefálico
El daño que sufre el cerebro tras un golpe recibe el nombre de traumatismo craneoencefálico. Los tejidos se lesionan por el impacto que se produce sobre el cráneo o por el movimiento de aceleración y desaceleración que hay en el cerebro.
Tras un traumatismo grave es frecuente que se produzca una pérdida de consciencia o COMA. Las consecuencias son más graves en función de la intensidad y la duración del coma. La lesión puede afectar a todo el cerebro y comporta:
– Déficits físicos: en el ámbito sensorial, la sensibilidad, la coordinación motora, el tono muscular, el control de los esfínteres, etc.
– Trastornos de la conducta y déficits cognitivos: en la concentración, la memoria, el razonamiento, cambios de carácter, impulsividad, falta de iniciativa, etc. E
stos déficits físicos, conductuales y cognitivos dan lugar a una discapacidad que puede ser leve, moderada o severa.
Ictus
El ictus o accidente vascular cerebral es una alteración brusca y grave de la circulación de la sangre al cerebro. Se produce cuando se interrumpe de forma súbita el suministro de sangre a una parte del cerebro o cuando se revienta un vaso cerebral, hecho que provoca una hemorragia. El ictus afecta, especialmente, a personas de edad avanzada, pero también puede producirse en jóvenes y niños.
Los síntomas más habituales son:
– Pérdida súbita de la fuerza en toda un lado del cuerpo
– Dificultades para hablar
– Alteraciones de la visión
La atención precoz puede evitar que la lesión cerebral se pueda agravar.
¿Y ahora qué?
Tras el choque mental y físico que supone una lesión cerebral o medular, la mayoría de personas se sienten ansiosas, asustadas y confundidas.
Las secuelas que comportan estas lesiones provocan graves discapacidades funcionales y cognitivas. Estas lesiones se producen de forma súbita.
En pocos segundos cambia de forma radical la vida de una persona, la de su familia y la de su entorno.
Actualmente, la médula espinal no tiene la capacidad de regenerarse, ni se puede reparar con cirugía. Hoy tampoco es posible la recuperación completa tras un daño cerebral grave.
La REHABILITACIÓN FUNCIONAL y NEUROPSICOSOCIAL son las herramientas clave para que los afectados se adapten a su nueva realidad y lleguen a ser el máximo de independientes posible.
La INVESTIGACIÓN es la esperanza para todos los afectados. Es necesario encontrar tratamientos efectivos que mejoren el pronóstico de estas lesiones y ofrezcan más calidad de vida a las personas que las padecen.
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