“Si se mantiene la tensión emocional durante un largo período, uno se enferma y podría incluso ser fatal. El mantener la salud emocional, en la salud y la enfermedad, debe tener prioridad sobre cualquier otro régimen y en la cura de cualquier paciente”. Estas son notas de Moshé ben Maimón, más conocido como Maimonides, (1138 – 1204) uno de los más importantes sabios judíos de todos los tiempos, quien también se dedicó a la medicina, siendo el médico más importante de su época.
Unon cuantos años después, un científico israelí, el profesor Alon Monsonego, demuestra que niveles constantes estrés causan estragos en el sistema inmunológico.
Las personas bajo estrés constante son vulnerables a desarrollar un trastorno autoinmune, según una nueva investigación por Israelí Profesor Alon Monsonego de la Universidad Ben- Gurion del Negev.
“Mi experiencia en neuro – inmunología, un campo muy emocionante donde tratamos de entender el diálogo entre los dos sistemas”, dice el profesor. “Creemos que no hay ningún síndrome neurológico que no tenga nada que ver con el sistema inmunológico.”
Junto con el Doctor Idan Harpaz y la Profesora Hagit Cohen, Monsonego describe, por primera vez, los mecanismos que causan daño a la regulación del sistema inmune en ratones expuestos a estrés crónico.
Su investigación, publicada en el European Journal of Immunology, analiza lo que ocurre en el eje hipotalámico -pituitario – adrenal (HPA), que cubre el trayecto entre el cerebro y el sistema inmunológico.
Cuando alguien experimenta estrés agudo, los mensajes del eje HPA y las glándulas suprarrenales liberan cortisol, una hormona que suprime el sistema inmune de forma temporal.
“Esta es una respuesta esencial del cuerpo para protegerse, una especie de retroalimentación biológica”, explica Monsonego.
“El aumento del nivel de la glucosa [de cortisol] te da energía para hacer frente a la tensión aguda en cuestión de segundos.”
Sin embargo, personas crónicamente estresadas como por ejemplo los adictos al trabajo, los bajos niveles de cortisol están constantemente corriendo a través de su torrente sanguíneo.
Con el tiempo, el sistema inmunológico comienza a ignorar esta señal.
“El control de la regulación del sistema inmunológico se daña y tenemos un sistema inmunológico que reacciona de modo más agresivo “, dice Monsonego.
Esto es similar a la forma en que los antibióticos pueden conducir a microbios más agresivos o “super bacterias”.
“El estrés provoca la supresión inmune, pero, al mismo tiempo, las células que sobreviven [la supresión] van a ser más agresivas y no responden al aumento de cortisol.”
Los ratones en el laboratorio israelí fueron expuestos a estrés crónico durante 24 días y luego expuestos a una enfermedad que es el modelo animal para la esclerosis múltiple. Debido al exceso de cortisol, dicen los científicos, los ratones estaban ahora más propensos a desarrollar la enfermedad que lo que estaban antes.
Monsonego cree que el mismo efecto se produce en los seres humanos. “Si el eje HPA no está funcionando bien, usted está más propenso a una enfermedad autoinmune. Cuál enfermadad se manifieste o desarrolle depende de la genética y el medio ambiente”.
El efecto fue más significativo en ratones hembra que en ratones machos. Esto puede ayudar a explicar las tasas más altas de enfermedad autoinmunes en mujeres que en hombres.
Monsonego y sus colaboradores están estudiando ahora cómo este fenómeno afecta a los pacientes de Alzheimer, que están estresados durante la etapa inicial de la enfermedad, ya que reconocen su pérdida progresiva de la memoria, así como a sus cónyuges.
“Se aislaron las células inmunes de la sangre y las analizamos”, dice Monsonego, que pronto espera publicar los resultados.
“Otro aspecto de esta historia es que un mecanismo similar puede tener lugar después de la inflamación crónica, como la artritis.
La reacción inflamatoria desencadena la liberación de cortisol. Es un mecanismo básico que puede afectar muchos sistemas”.
El objetivo final de esta investigación es el diseño de un examen de sangre para medir el efecto del cortisol sobre el funcionamiento del sistema inmunológico.
Tener una imagen de la salud del eje HPA, dice Monsonego, tiene un gran potencial para ayudar a los médicos a determinar las dosis apropiadas de esteroides, un cortisol sintético generalmente se prescribe para las personas con enfermedades autoinmunes.
Cuando los esteroides se toman demasiado tiempo o en una dosis demasiado alta, no tienen el mismo efecto como el de cortisol natural liberado constantemente en el torrente sanguíneo de las glándulas suprarrenales.
“Es bien sabido que los pacientes responden de manera diferente al tratamiento con esteroides, y nos gusta limitar esteroides tanto como sea posible, porque en algún momento dejan de funcionar.
Los pacientes desarrollan resistencia y no tienes como saber esto si no se puede medir”, dice Monsonego.
“Sería mejor saber de antemano si el paciente es resistente y no durante el tratamiento.”
Un análisis de sangre pque mida los efectos del cortisol también sería una buena herramienta preventiva, Monsonego añade.
“Si alguien está en peligro de cualquier tipo de estrés crónico, es posible que no sepamos en punto de daño el sistema inmune se pueda ver afectado, y esto puede ayudar a las personas a que presten más atención para reducir el estrés antes de enfermarse.
Siempre es mejor prevenir la enfermedad antes de que ocurra, y el estrés, creemos, es una de las causas principal de muchas enfermedades”.
Monsenego señala que no todo el mundo reacciona al estrés de la misma manera, por lo que una tener una prueba es importante. “Puede ser que un cierto estilo de vida no es estresante para una persona, pero puede ser muy estresante para otra.”
“Es uno de los enfoques clave para el tratamiento de estas enfermedades: en lugar de tomar más y más drogas, trata de cuidar su estilo de vida”, aconseja.
“El ejercicio, la nutrición adecuada y el manejo del estrés hacen mucho por su salud.”
Artículos Relacionados: